DIPUTADA ROSALBA VALENCIA CRUZ (RVC). Gracias, presidenta. Compañeras diputadas, compañeros diputados, el derecho humano a la paz ha sido identificado dentro de la categoría de los derechos de solidaridad, entre los que se destacan el derecho al desarrollo, el derecho a la autodeterminación de los pueblos, el derecho de los pueblos a sus riquezas y el derecho al medio ambiente, que a su vez se interrelaciona con los derechos civiles y políticos y los derechos económicos, sociales y culturales.

En ese contexto, la educación es un derecho básico de todas las niñas, niños y adolescentes, que les proporciona habilidades y conocimientos necesarios para tener una infancia plena y desarrollarse de manera integral, dándoles herramientas para conocer y ejercer sus otros derechos en conjunto.

Sin embargo, el solo hecho de ir a la escuela no es suficiente. Nos encontramos obligadas y obligados a generar condiciones en el ámbito de nuestras competencias, para que la convivencia escolar sea armónica y generadora de mecanismos para la discusión, debate y resolución pacífica de conflictos y esto tenga como fin asegurar la concreción e interrelación de los derechos humanos para que puedan crecer en un ambiente de paz y libertad, dotados de justicia, equidad, tolerancia y respeto.

Para lograr la paz hay que aceptar y respetar las diferencias, sin ellas el mundo sería un caos aún mayor. En estos momentos, aunado a la pandemia, atravesamos una grave crisis de convivencia civilizada en el país, generada por múltiples y transversales factores presentes a lo largo de muchos años.

Los niveles de violencia, inseguridad y criminalidad afectan todos los ámbitos de la vida pública y privada, sectorizada y familiar, lo que ha dado cuenta de un alto grado de descomposición del tejido social que, en algunos casos, es lamentablemente irreparable.

La deuda social que México arrastra alcanza dimensiones incalculables, los hace patente a cada momento la imperiosa necesidad de crecer desde temprana edad, fomentando entre todas y todos, el derecho que tenemos como humanidad de vivir en paz y con felicidad.

Bajo esa lógica, estamos convencidos de que todo ser humano tiene ante su estado y ante el marco jurídico del mismo, derecho a que se le permita en lo individual salvaguardar el bien más precioso de la naturaleza: la vida. Y, como parte de la humanidad, le sea posible preservar la supervivencia de la misma.

No hay que olvidar que la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, de manera enunciativa en su artículo 13, contiene los 20 derechos fundamentales mínimos a salvaguardar ante ello.

La propuesta que presento recae en el apartado del derecho a la educación, no solo hay que analizarlo desde una perspectiva educativa, sino que hay que dimensionarlo como un complemento de derechos humanos, esto es, la legislación es perfectible y con la propuesta que hoy se presenta, dotamos de mayores elementos en la ley para asegurar la concreción de los derechos humanos a vivir en paz.

La paz no es algo que deseas, es algo que haces. Es cuanto, diputada presidenta. Muchas gracias.

-0O0-