• Se requiere aumento de recursos para retomar la calidad de los hospitales público, dice
• Necesario, encontrar un esquema de colaboración con asociaciones como FUCAM, expresa

Las diputadas federales María Guadalupe Chavira de la Rosa y Claudia Delgadillo González urgieron a que se incremente el presupuesto destinado al Instituto Nacional de Cancerología, Hospital General y Hospital General de México con el propósito de que los hospitales públicos que atienden a pacientes con cáncer de mama en zonas rurales puedan proporcionar atención rápida, prevención oportuna, de buena calidad e integral.

De igual manera, destacaron la necesidad de privilegiar la prevención de este tipo de cáncer particularmente en comunidades rurales donde los usos y costumbres dificultan que la cultura de la autoexploración y realización de mastografías se promueva en esas comunidades.

En el marco del “Mes Rosa”, las legisladoras federales reconocieron que ante las denuncias de las usuarias por los retrasos en la atención, derivados de la pandemia, es necesario incrementar los recursos para que la atención del cáncer de mama retome la calidad que se tuvo por años.

Asimismo, Chavira y Delgadillo se pronunciaron por buscar un esquema en el que se apoye a la Fundación de Cáncer de Mama, que permita la colaboración y el apoyo de las pacientes que no sean atendidas en la red hospitalaria pública, especialmente en zona de difícil acceso.

Lamentaron que el cáncer de mama continúe siendo la primera causa de muerte femenina, a diferencia de lo que ocurre en países de ingresos medios y altos, superando al cáncer de pulmón, que provoca un mayor número de muertes, 18 por ciento, en tanto el cáncer de mama representa el 6.9 por ciento de las defunciones, según datos del Instituto Nacional de Salud Pública.

Las diputadas federales mencionaron que las defunciones causadas por cáncer de mama se deben a la tardanza en la búsqueda de atención médica, pues ésta se presenta hasta una vez que la mujer manifiesta síntomas de cáncer, aunado al diagnóstico tardío y al retraso en el inicio del tratamiento.

Señalaron que, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), entre las mujeres que fallecen por cáncer de mama, 1 por ciento tiene entre 15 y 29 años; 13 por ciento de 30 a 44 años y 38 por ciento de 45 a 59 años, la mayoría muere después de los 59 años, lo que equivale al 48 por ciento.

Comentaron que para que ninguna mujer muera por este tipo de enfermedad se requieren intervenciones específicas en las comunidades rurales primero para que los servicios médicos puedan diagnosticar a las mujeres y que no haya detección tardía, porque es ahí donde radica el principal problema que enfrentan estas pacientes.

También, indicaron, es necesario implementar un esquema de servicios que incluyan atención psicológica integral, tanatológica, grupos de apoyo, entre otros.

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