·         La garantía de nuestros derechos como mujeres debe convertirse en una regla y no una excepción: Julieta Kristal Vences

·         El dictamen armoniza los supuestos de discriminación en la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, frente a los estipulados en la Constitución.

Las y los diputados federales aprobaron la reforma artículo 3 de la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, con 486 votos a favor, 0 en contra y 0 abstenciones; el proyecto en comento armoniza la definición y los conceptos de discriminación en la ley referida, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, y los estipulados en la Constitución. 

Al respecto, la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, Julieta Kristal Vences Valencia, al fundamentar la reforma, explicó que la propuesta reconoce al género, el color de piel, el embarazo, la situación migratoria, la orientación sexual, la condición económica, la situación familiar o la discapacidad, “como factores que puedan generar desventajas para la población en el ejercicio de su derecho a la igualdad”.

Además, de contemplarse que cualquier trasgresión a este derecho deberá ser sancionado de acuerdo con la Ley General de Responsabilidades Administrativas y la Ley Federal para Prevenir la Discriminación.

“Con esta reforma queremos dar un claro mensaje, de que la legislatura de la paridad, la inclusión y la diversidad, seguirá siendo una aliada indiscutible de la agenda feminista”, refirió.

Vences Valencia manifestó que las modificaciones están pensadas especialmente para “las mujeres migrantes, las mujeres de la diversidad sexual, las mujeres embarazadas, las mujeres indígenas y afromexicanas, y en las mujeres con discapacidad”-

La legisladora argumentó que en la realidad, las mujeres, niñas y adolescentes siguen enfrentándose a las barreras estructurales que han sido impuestas por el patriarcado, mismas que limitan y minan sus derechos y libertades.

Indicó que en no pocos contextos ser mujer sigue siendo un factor de desventaja, en áreas como la educativa, la laboral y en materia de seguridad, porque de acuerdo a la encuesta nacional realizada por el INEGI en el 2017, 3 de cada 10 mujeres han sido discriminadas por el simple hecho de serlo.

“Las cifras lo confirman, el ser mujer, pero también madre de familia o casada nos impone una doble penalización social que nos impide obtener un empleo, o tener una remuneración igual por trabajo o regresar al trabajo después del parto”, expresó.

Kristal Vences agregó que esta situación continúa debido a que, “las leyes reglamentarias no se encuentran fortalecidas y no cuentan con mecanismos efectivos para disminuir las brechas de desigualdad”, el cual es el propósito de la reforma en comento.