• El dictamen que reconoce su personalidad jurídica y patrimonio propio, fue aprobado por unanimidad.

La Comisión de Puntos Constitucionales avaló por unanimidad la reforma al artículo dos constitucional para reconocer a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos de derecho público con personalidad jurídica y patrimonio propio.

El diputado Juan Ramiro Robledo Ruiz, presidente del órgano legislativo, explicó que la propuesta del Ejecutivo federal, complementada con iniciativas de legisladores y legisladoras, enuncia el derecho de los pueblos indígenas a darse sus normas, sus reglas de organización, de convivencia y de desarrollo en los diferentes ámbitos de su vida comunitaria.

“Es una Constitución de los pueblos y las comunidades indígenas dentro de la Constitución Política de México”, enfatizó el diputado morenista.

Y agregó que “es una proclamación de derechos de los pueblos y comunidades indígenas y obligaciones del Estado acerca de esos derechos que son fundamentalmente respetar, reconocer su organización y sus normas para darse la vida en los términos históricos en que ellos han estado conviviendo en el interior de cada una de sus comunidades”.

En su turno Irán Santiago Manuel, diputado federal de Morena, expresó no hay una lucha más prolongada que la de los pueblos originarios y comentó que ahora hay una transformación gracias a la lucha de los propios pueblos y la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En tanto que la diputada Irma Juan Carlos, presidenta de la Comisión de Pueblos Indígenas y Afromexicanos, describió que el reconocimiento a esta personalidad colectiva es producto de muchos años de lucha de pueblos que resistieron años de discriminación, y que ahora se reconoce constitucionalmente los derechos que les fueron negados.

“No más discriminación, no más despojo, no más exclusión, no más desigualdad”, dijo.

Afirmó que a partir de esta reforma, los pueblos y comunidades originarias deberán ser consultados cada vez que se implemente una política pública; “de ahora en adelante, en la implementación de políticas públicas se dejará atrás la imposición del occidente de una visión de vida individualista para los pueblos indígenas (…) no más megaproyectos que afecten nuestros territorios, que la libre autodeterminación y autonomía se refleje en el respeto a nuestras propias formas de concebir nuestro desarrollo”.