DIPUTADO OTONIEL GARCÍA MONTIEL (OGM). Con su venia, presidenta. Compañeras y compañeros diputadas y diputados, el pueblo afromexicano ha sido víctima de diversos actos de violencia y ha estado invisibilizado por siglos.

En ese sentido, la incorporación de un lenguaje más explícito en nuestros ordenamientos jurídicos representa la materialización de esa larga lucha de estos pueblos para su visibilización y, por ende, el reconocimiento de sus derechos inalienables.

Si para muchas poblaciones la ley que proclama sus derechos humanos ha sido letra muerta, cuanto más para los pueblos afromexicanos, que ni siquiera eran reconocidos por la Constitución Mexicana, nunca figuraron en la narrativa de los gobiernos anteriores.

La transformación avanza con el reconocimiento de lo jurídico de los 2 millones 576 mil 213 ciudadanos afromexicanos que representan el 2 por ciento de la población, con base en datos del Inegi.

Por ello, la inclusión de la población afromexicana en los diversos ordenamientos jurídicos no se trata meramente sobre una cuestión de estadísticas ni datos duros, sino a poner en práctica el ejercicio de los derechos humanos como se plasma en nuestra Constitución Mexicana, que en su artículo 1o. a la letra reza: En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales en los que el Estado mexicano sea parte.

La discriminación ha sido otra de las principales causas que han excluido a los pueblos afromexicanos. Como ejemplo se tiene un estudio de Conapred, en donde se expone que los principales motivos de discriminación se deben a los prejuicios sobre el origen étnico, los rasgos culturales y el color de piel.

Por consiguiente, la iniciativa reforma siete artículos de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable para incorporar el concepto de afromexicanos, teniendo la finalidad de erradicar la malaria de la discriminación que tanto daño le hace a nuestro país, por el simple hecho de hablar distinto o por el color de piel, y ojalá podamos hacer realidad lo que algún día dijo y soñó Martin Luther King. Cito: Busco el día en el que la gente no sea juzgada por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter.

Tenemos una deuda pendiente con los pueblos afromexicanos y esa es la consigna de la 4T, de luchar por los derechos de los más pobres, de los olvidados, de los que como llama Frantz Fanon, en su obra Los condenados de la tierra, dirigiéndose a los desheredados de los países pobres y fundamentalmente al campesinado africano.

Por esto que, en nuestro país reconocemos aquellos que estaban condenados por las diversas injusticias sociales, reconocemos aquellos desheredados, reconocemos el México profundo en donde convergen una diversidad de culturas que le dan sentido a nuestro país.

Compañeras y compañeros diputados, los invito a sumarse a este dictamen. Es cuanto, presidenta.