INTERVENCIÓN EN TRIBUNA DE LA DIPUTADA IRMA JUAN CARLOS, INTEGRANTE DEL GRUPO PARLAMENTARIO DE MORENA, PARA REFERIRSE A LA EFEMÉRIDE RELATIVA AL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER INDÍGENA

DIPUTADA IRMA JUAN CARLOS (IJC). Con el permiso de la Presidencia.

Compañeras legisladoras, compañeros legisladores, el pasado 5 de septiembre se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Indígena y también el Día Nacional de la Mujer Indígena por la aprobación del decreto de esta iniciativa, en la pasada legislatura.

Esta fecha nos permite dar una pausa para reconocer la lucha de miles de mujeres indígenas que han tenido que levantar la voz ante la discriminación, la injusticia y la opresión.

Fue el 5 de septiembre, en 1782, cuando se sentenció a nuestra hermana Bartolina Sisa, una guerrera aymara, que se opuso a la dominación colonial y dirigió una sublevación contra la Corona Española. Su decidida revuelta contra la represión y el exterminio de su pueblo en La Paz, Bolivia, la distingue como uno de los símbolos más emblemáticos de las luchas anticoloniales en nuestra América Latina. Ella fue sentenciada a muerte de una manera cruel, desmembrada, al ser atada a un caballo y luego, su cabeza exhibida ante su gente. Eso nos hace recordar la desigualdad y el abuso que hemos sufrido como pueblos originarios.

Ser indígena ha sido sinónimo de subyugación, de discriminación, de marginación, de desigualdad y de pobreza. Pero, más ha afectado a nosotras, como mujeres indígenas, hemos sufrido una doble y triple discriminación, por ser mujeres, por ser indígenas y también por ser pobres.

Las mujeres indígenas no queremos que nos regalen nada, queremos que nos hagan efectivos nuestros derechos fundamentales. De acuerdo con el Censo de Población del Inegi en el 2020, en México, 7 millones 364 mil 645 personas que hablan su lengua, 51.4 por ciento son mujeres indígenas. De estos, 2 millones 858 mil 588 hogares indígenas, 73.9 por ciento está integrado por varones y el 26.1 por jefas de familia.

La Encuesta Nacional sobre Discriminación señala que, en el año 2017, con los gobiernos neoliberales, las principales problemáticas que enfrentamos eran la falta de empleo, la falta de recursos económicos, la falta de apoyo en programas sociales y la discriminación por nuestra lengua.

En ese mismo año, el 24 por ciento de la población indígena de 12 años y más, declaró haber experimentado, al menos, una situación de discriminación; el 29.2 por ciento declaró, al menos, un incidente de negación de derechos humanos. Los de mayor ocurrencia fueron la negación de atención médica o entrega de medicamentos con el 51.2 por ciento. Otros negaron haber recibido apoyos, programas sociales y atención de servicios en oficinas de gobierno.

Estos datos, hermanas y hermanos, no son casuales. Recordemos que con las consecuencias de políticas públicas implementadas en los gobiernos neoliberales que nos quisieron desaparecer.

Es por todo ello, que en el gobierno de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, se promueve el ejercicio de los derechos fundamentales de las mujeres indígenas y afromexicanas.

Por eso debemos de celebrar las nuevas políticas públicas y las reformas que hemos alcanzado, y gracias a ello hay que recordar que nuestras mujeres adultas mayores indígenas hoy reciben un apoyo. Como un acto de coherencia ideológica, celebramos la decisión de nuestro gobierno de apoyar a los pobres y, en especial, a las mujeres indígenas. Y hablando de transversalidad, les quiero recordar que este monto ha sido superado en cada año, pero hoy no hay moches, y hoy los apoyos a los pueblos indígenas y a las mujeres indígenas sí llegan, porque ya no hay más moches.

Empecemos a visibilizarlas. Un aplauso a todas mis hermanas mujeres que todos los días luchan por sostener su familia, por cuidar los territorios, por ser guardianes de los recursos naturales, por contribuir a la economía rural y al desarrollo.

Muchísimas gracias.

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