DIPUTADO JAIME HUMBERTO PÉREZ BERNABE (JHPB). Compañeras Con su permiso, presidenta. Compañeras y compañeros legisladores, hoy es un momento histórico, uno de los momentos más fuertes, más importantes en la vida de nuestra nación. Veo que a la oposición les preocupa mucho el gasto, el monto.

Yo no sé qué puede ser más caro, si estar soportando presidentes espurios, si estar soportando gente que llega comprando votos o darle todo el poder el pueblo, que es lo que reside en la lucha democrática que, por décadas, que por años nuestro gran movimiento ha sostenido y ha fortalecido.

Durante décadas México se aisló en la dinámica democratizadora que se extendía por el mundo y, muy en particular, en América latina. Desde los más altos mandos de nuestra nación se regateó, a más no poder, la incorporación de figuras de democracia directa o semidirecta o, mejor dicho, el reconocimiento de los derechos directos hacia el pueblo.

Tarde y con reservas se incluyó en nuestro orden constitucional la consulta popular y la revocatoria fue frenada a toda costa. De hecho, sí, no fue hasta que llegamos, hasta que llegó la cuarta transformación, que se incluyó esta carta ciudadana como respuesta al compromiso contraído con la gente, con el pueblo de México para hacer valer todas sus demandas.

Desde Morena hemos tenido presente la necesidad de ampliar los mecanismos de democracia directa, a efectos de consolidar y reconocer con mayor amplitud los derechos de la participación política del ciudadano y, muy a pesar de quienes maquillaban a la democracia en plutocracia y sueñan con ese regreso de esos grandes tiempos que ellos tuvieron, pero que el pueblo les dijo ya no más.

Hemos establecido en nuestro orden jurídico estas figuras. Hoy la consulta popular es posible gracias a las reformas que hemos impulsado para cortarle la cadena que en su momento acordaron quienes hoy se dicen como alianza opositora.

Ahora corresponde crear las reglas para que la revocación de mandato, institución jurídica incorporada en nuestra Constitución desde el pasado 20 de diciembre de 2019, sea un conducto real para la vox populi.

La revocación del mandato constituye un mecanismo para dar consecuencia jurídica a la voluntad popular y, a la falta de procedimiento de esta índole, acude a medios más drásticos para hacerse oír.

En el plano comparado en países como Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina, Estados Unidos, Canadá, que han incorporado a nivel nacional o local mecanismos revocatorios a su sistema. En todos los casos, podemos identificar una constante: su incorporación no ha cimbrado la estabilidad democrática de las instituciones ni ha paralizado la toma de decisiones políticas y públicas como amaneaban desde esta instancia algunos otros detractores.

Las principales ventajas de este novedoso mecanismo jurídico es el establecimiento de las reglas que habrán de regir en los procesos para determinar si es demandada la conclusión anticipada en el desempeño del cargo del presidente de la República a partir de la pérdida de la confianza de quien ocupe ese cargo.

Con la aprobación de la Ley Federal de la Revocación del Mandato, complementaríamos la reforma constitucional en esa materia y sentaríamos las bases para que, si así lo decide el pueblo de México, se inicie un proceso que corresponde respecto a la revocación del mandato del presidente de la República.
En el ámbito constitucional, el mandato representativo no se halla en un limitado acto colectivo de ciudadanos, sino que reconoce su capacidad de incidencia en los asuntos públicos mediante instrumentos como la iniciativa y las consultas populares.

Algo importante que quiero destacar, la ley que hoy ponemos en consideración no solo satisface el mandato de la constituyente permanente, sino también es un claro y contundente llamado de atención del Congreso de la Unión a la autoridad electoral federal, a quienes les decimos: las leyes se construyen en el Poder Legislativo y no en su Consejo General. Hagamos cada quien la tarea que nos corresponde y que haga cada quien lo que le corresponda hacer atribuible.

Esta es la finalidad de que el día de hoy le damos la certeza jurídica y política a la ciudadana a través de la revocación del mandato, mediante un sufragio universal, libre, secreto, directo, personal e intransferible, es decir, el pueblo pone, el pueblo quita. Que viva la democracia participativa, que viva el pueblo de México.

Concluyo, presidenta, nuestro presidente no tiene miedo a la revocación, estamos muy seguros que la gran mayoría de las ciudadanas y ciudadanos de nuestro país habrán de refrendar en las urnas la confianza que le otorgaron a Andrés Manuel López Obrador el pasado primero de julio de 2018, y eso se va a repetir el próximo 5 de marzo de 2022. Que viva la democracia, que viva el pueblo de México, que viva Morena. Es cuanto, presidenta. Muchas gracias, compañeras y compañeros.

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