En poco más de 200 días, el balón rodará nuevamente en estadios mexicanos, para inaugurar el mundial de futbol 2026. Será la tercera vez que nuestro país reciba una Copa del Mundo, pero en esta ocasión cobra un significado distinto: no se trata solo de volver a vivir la emoción del balompié, sino de demostrar que somos un país en transformación.
La presidenta Claudia Sheinbaum dio a conocer que nuestra nación se prepara para que este evento conjunto sea, además de una fiesta deportiva, una oportunidad real de bienestar para millones de mexicanas y mexicanos. El objetivo es que la derrama económica, el turismo y la infraestructura que se generen se traduzcan en beneficios concretos para la población.
Ya se están modernizando aeropuertos, carreteras y trámites migratorios, para recibir a más de 5.5 millones de visitantes. Se abrirán centros de entrenamiento oficiales en 17 estados y espacios públicos gratuitos en las 32 entidades federativas. Porque el Mundial se vivirá también en los barrios, en las colonias y en cada rincón donde late el corazón futbolero de México.
Este deporte, al final, es un reflejo de lo que somos: un país que se emociona, que compite, que celebra y que nunca deja de luchar. Por eso, el campeonato de 2026 será una vitrina para mostrar al mundo nuestra pasión por el deporte, pero también nuestra historia, nuestra cultura y nuestra calidez.
México no solo es sede del Mundial, es cuna del juego de pelota ancestral, del espíritu colectivo y de la alegría compartida, y la presidenta ha sido clara al afirmar que este evento debe servir para fortalecer el tejido social, generar empleos e impulsar el turismo, la prosperidad y la paz.
Y ella estará cumpliendo, pues, al donar a una niña mexicana su boleto para el partido inaugural, envía un mensaje contundente: el futuro del país pertenece a las nuevas generaciones, y ellas deben ser las protagonistas de los grandes momentos de nuestra historia.
Más de un millón de personas se registraron como voluntarias para participar en la organización del Mundial. Jóvenes que quieren aportar, aprender y formar parte de algo así de grande. Esa es la fuerza de nuestro pueblo: la que no espera que le digan qué hacer, sino que se pone la camiseta y actúa.
El Mundial 2026 será más que un mero espectáculo deportivo. Será una muestra de lo que puede lograr un país cuando gobierna con visión social, cuando se planea pensando en la gente y cuando el desarrollo también se mide en oportunidades y esperanza.
México está listo para recibir al mundo, pero, sobre todo, para demostrarse a sí mismo que puede ganar mucho más que un partido; puede ganar futuro, bienestar y prosperidad compartida.
X: @RicardoMonrealA


