DIPUTADO ERWIN JORGE AREIZAGA URIBE (EJAU)…y en especial a Carmen, víctima de la situación que vamos a comentarles.

Bueno, decirles que presentamos una iniciativa que tiene como proyecto de decreto reformar el artículo 19 de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y como consecuencia de esto, el artículo 167 del Código Nacional de Procedimientos Penales y la adición al artículo 299 Bis del Código Penal Federal.

Muy lamentable que de unos años para acá en nuestro país se ha adoptado la aberrante modalidad de atacar con ácido a seres humanos.

Esta agresión se realiza con la intención de desfigurar, mutilar, pero sobre todo torturar de por vida, dejando a las víctimas muertas en vida, como así lo refieren algunas de ellas.

Los agresores suelen arrojar ácido al rostro de sus víctimas, causando graves lesiones al fundir la piel y exponer los huesos que en ocasiones llegan a disolverse y algunas de las víctimas también pierden la visión de uno o de los dos ojos.

Además de las secuelas físicas permanentes que afectan su imagen, las víctimas usualmente quedan traumatizadas psicológicamente de por vida, sufren aislamiento social, familiar y su estatus económico se ve afectado por las discapacidades producidas por el ataque, y las pérdidas económicas derivadas de largos tratamientos médico-quirúrgicos.

De acuerdo a la estadística, el 80 por ciento de las víctimas de estos ataques son mujeres.

La violencia de género constituye un grave problema social. De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, en algunos países, 7 de cada 10 mujeres sufrirán golpes, violaciones, abusos o mutilaciones a lo largo de sus vidas.

Con base a datos oficiales en México se han registrado aproximadamente 14 ataques con este tipo de sustancias.

Sin embargo, en países como Colombia, en el periodo de una década se han registrado casi los mil casos, razón por la cual el país sudamericano promulgó una ley para tipificar los ataques con ácido como un delito grave y aplicar sanciones más severas a quien incurra en esta conducta, siendo las penas de entre 12 y 20 años de prisión y pudiéndose elevar hasta 40 años de cárcel para el caso que implique un daño permanente.

En lo que respecta a México existen 10 estados en los que actualmente se regula esta conducta. Nuestra vigente legislación en el Código Penal Federal no hace ninguna alusión especial al uso de ácidos y sustancias corrosivas, dejando una gran laguna jurídica para la Fiscalía y los jueces, ya que el capítulo de lesiones sólo determina lesiones en lo general, sin especificar o tipificar la lesión ocasionada por sustancias corrosivas.

Esto tiene como resultado la falta de otorgarle prisión preventiva oficiosa y por consecuencia vinculación a proceso al agresor lo que en la actualidad se determina en lo personal como un beneficio al agresor. Es pagar una sanción económica estipulada en la legislación actual por encuadrar en lesiones que sólo tardan 30 o 15 días en sanar, dejando desprotegidas jurídicamente a las víctimas.

A través de diversos medios de comunicación se han dado a conocer los casos de María del Carmen Sánchez, María Elena Ríos, Ana Helena Saldaña, Esmeralda Millán, Gloria Hernández, entre otras.

A continuación me voy a permitir describir la terrible experiencia que vivió María del Carmen previo, durante y posterior al ataque.

Ella llevaba una vida con su esposo inmersa en el maltrato y cuando decidió dejarlo él tomó la decisión de agredirla con mayor grado de violencia y marcarle de por vida. Fue en ese momento que le arrojó ácido sulfúrico a su rostro, sellando con ello su dicho: “si no vas a estar conmigo, jamás vas a estar con alguien”.

El ácido inmediatamente le carcomió la piel de su cara y gran parte de su cuerpo, generando un dolor que era como si se quemara por dentro, quedando desfigurada en cuestión de segundos. Esta acción del esposo claramente lleva una premeditación, dolo, alevosía y ventaja, características que jurídicamente llevan un grado de gravedad.

No obstante lo anterior, María del Carmen enfrentó una lucha posterior al ataque en la búsqueda de justicia y de atención médica, misma que era difícil de recibir por la ausencia de conocimientos en el sector salud sobre este tipo de lesiones, aunado a la falta de sensibilidad de distintos funcionarios, llegando al extremo de negarle procedimientos necesarios por considerarlos de carácter estético.

Sin embargo, al día de hoy se le han realizado más de 50 intervenciones quirúrgicas y su victimario sigue en libertad.

Aprovecho este espacio para hacer un exhorto al secretario de Salud del gobierno federal, doctor Jorge Alcocer, para que pueda tomar en cuenta la especialización en este tipo de lesiones, puesto que me di cuenta que actualmente no contamos con protocolos de seguridad de salud en atención a las víctimas de manera efectiva.

Es decir, contar con personal capacitado, equipo especializado y brindarles un tratamiento médico a las víctimas hasta donde sea necesario.

Hoy, extiendo mi más amplio reconocimiento a la valentía y perseverancia de todas las víctimas por la búsqueda de justicia y de una legislación acorde al daño provocado por este tipo de conductas. Y a todas las víctimas les digo: no están solas, y estoy convencido que esta Legislatura denominada de la Paridad de Género aprobará este proyecto de decreto mediante el cual garantizaremos justicia para las víctimas.

No vamos a permitir que se normalice esta atroz conducta. Muchas gracias y todo mi reconocimiento, antes de cederle el uso de la voz a Carmen, por convertirse, obviamente por pasar por una desgracia, como una activista en la búsqueda de que se sancionen este tipo de conductas, por ser perseverante, por agrupar a las mujeres y a los hombres que han sido afectados, y pues bueno, nuevamente, estamos aquí para servirte Carmen y te cedo el uso de la voz.

Muchas gracias.

CARMEN SÁNCHEZ (CS). Buenas tardes. Soy Carmen Sánchez, víctima de agresión con ácido y activista por los derechos de las mujeres.

Estoy aquí por una sola razón, visibilizar el drama social que vivimos las mujeres hoy en día y porque se nos garantice una vida libre sin violencia.

Quiero decir que no represento a ningún partido político y que no he recibido ni un solo peso por estar aquí. Yo me represento a mí y al dolor de todas las mujeres que han tenido que atravesar una situación como esta, una situación que se pudo evitar si el Estado cumpliera con sus obligaciones.

Antes de ser atacada con ácido, denuncié y como yo, miles de mujeres más también denunciaron. Los ataques con ácido en México no son un hecho aislado, ¿cómo van a ser un hecho aislado si hay una tolerancia social al machismo y una impunidad institucional en la mayoría de los delitos?

Hace 6 días se cumplió un año del ataque con ácido a María Elena Ríos y gracias a la movilización de miles de mujeres y colectivas exigiendo justicia fue que se logró vincular a proceso a cuatro de los implicados. Entre ellos, Juan Antonio Vera Carrizal, exdiputado del PRI, la última orden de aprehensión no se ha ejecutado.

Actualmente, uno de los autores intelectuales, Juan Antonio Vera Hernández, hijo de Juan Antonio Vera Carrizal, sigue libre y a más de un año de su agresión en intento de feminicidio a María Elena Ríos.

Yo misma sigo en espera de justicia, pues hace más de seis años, siete meses de mi agresión y las autoridades no han querido detener a mi agresor, pero como dije, esto no es un caso aislado.

Esta situación no es un caso aislado, incluso cuando fue agredida Elena Ríos, los medios de comunicación dijeron que éramos sólo cuatro mujeres atacadas con ácido en el país y no es así.

En estos seis años, siete meses yo he podido documentar a 14 víctimas, tres de ellas torturadas con ácido antes del feminicidio.

Yo lo tengo muy claro que lo que no se nombra no existe, y todas estas mujeres no existimos para las autoridades, es la verdad, por eso es que pasé de víctima a activista por los derechos de las mujeres; mi lucha y la lucha de las demás compañeras ya se empieza escuchar.

Es por eso que ya hemos logrado tipificar los ataques con ácido en la Ciudad de México, Puebla, Oaxaca y en el Estado de México, y hoy estamos aquí en busca de reformar el Código Penal Federal para que se castiguen a los agresores.

Yo sé que estas leyes no van a ser retroactivas, ni para mí ni para ninguna de las mujeres que ya fuimos atacadas con ácido, sin embargo, esto me da una gran tranquilidad de sólo el hecho de saber que ninguna en carpeta de investigación va a tener las mismas omisiones que la mía.

Por supuesto que nada servirá con todas estas reformas tan especiales que estamos haciendo si las autoridades siguen mirando para otro lado y mirar para otro lado implica que no reconozcan que los ataques con ácido son una forma de violencia de género y una de las formas de violencia de género más devastadoras que existe, que el 85% de las mujeres de este país con las que yo he podido tener contacto y comunicación son mujeres, que el 79% de los atacantes son hombres, que casi todas las víctimas y el victimario se conocían y tenían una relación.

No mirar esto es negar también la impunidad institucional que existe en la mayoría de los casos. El 64% de las mujeres seguimos en espera a que nos llegue la justicia y se nos repare integralmente el daño.

Esta lucha no es una lucha mía, esta lucha es de todas las mujeres que hemos sido agredidas por estas sustancias corrosivas, esta lucha es por todas las mujeres de México, por las niñas de México y por todas las mujeres que vienen.

Muchas gracias.

LINK PARA DESCARGAR VIDEO:
https://youtu.be/BYkC5O0LUX4