DIPUTADA ERIKA VANESSA DEL CASTILLO IBARRA (EVCI). Hay personas que hablan y hablan de democracia, pero en realidad la desconocen.

Creen tener un concepto de ella, pero en realidad encubren su verdadero interés, la devoción a la autocracia. Todo lo contrario, al respeto a valores esenciales como la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

La libertad e igualdad de todos los ciudadanos ante la ley son esencia. La revocación o ratificación del mandato, un ejercicio puro y duro de democracia directa, respaldado por la expresión de la voluntad de la ciudadanía, sostenido con la firma de las personas a las que servimos.

Más aún, está prevista en este ejercicio la participación de todos los partidos políticos, promoviendo la democracia directa sin que eso implique un aumento presupuestal.

La promoción de la democracia directa es lo mejor, ante el pretexto de algunas voces que ahora lo señalan como un gasto innecesario, se trata de las mismas voces y minoritarias voces que exigieron que no se realizara ni la consulta sobre el juicio a expresidentes ni la revocación de mandato en la misma fecha que las elecciones intermedias.

Treinta y seis años de neoliberalismo se han visto enriquecidos al tomar ellos y solamente ellos las decisiones trascendentales para el país. Una voz que nunca escucha y cuando lo hace, sólidamente es para hacer oídos sordos al clamor popular. Son las mismas voces que promueven intrigas para desprestigiar a nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, las mismas que le quieren derrocar y anhelan su retiro y, sin embargo, se oponen al ejercicio democrático que aquí discutimos.

Son los mismos que a regañadientes aprobarán y aprobaron esta reforma. Son aquellos que pretenden retirar a un presidente, pero ambicionan conservar el privilegio de no ser tocados ni ser investigados, sino conservar los beneficios mal ávidos.

En el colmo del cinismo esas personas se autoproclaman como perseguidas, se acercan ahora a la ley y no a la justicia, como la ley les da la posibilidad de no ser enjuiciados por una nueva norma y no piden justicia porque tendrían que recibir un castigo por todas las atrocidades, por los crímenes y violaciones de los derechos humanos, por los saqueos a la patria.

Se dicen perseguidos y perseguidas quienes deben justicia por vender y desmantelar nuestras riquezas, por dejar sin empleo a más de 44 mil familias con una mañosa transacción y me refiero a que no solo vendieron las empresas nacionales, como fue el caso de la compañía de Luz y Fuerza, sino que también vendieron su dignidad y su tranquilidad de conciencia.

Los eternos abajo firmantes, los que ahora se quejan, ensuciaron su nombre y no encuentran cómo limpiarlo, no saben cómo justificarse. Esos mismos deciden seguir postulados religiosos, pero en realidad vendieron su alma, vendieron a su partido del bien común, aún quieren vender nuestras riquezas, pretenden recolonizarlos y hasta quitarle una equis a México para darle Vox al fascismo.

Si tienen vocación democrática, vengan y respondan por la venta de Luz y Fuerza, por el desmantelamiento de Pemex, por el desempleo, por el abandono al sistema de salud y la educación, por la entrega de negocios mal llevados que devienen en la muerte de bebés, como en el caso de guardería ABC.

Respondan por los asesinatos de Acteal, Atenco, Aguas Blancas, por las desapariciones y homicidios de luchadoras sociales, líderes comunitarios, estudiantes, periodistas. Respondan por su estólida guerra.

Bienvenida, pues, la revocación de mandato con todo y la resistencia de los antidemócratas hipócritas y promotores del fascismo.

Y, para terminar, quiero celebrar ahora, en esta tribuna, la decisión de la Suprema Corte de Justicia, de declarar la inconstitucionalidad de la penalización del aborto en Coahuila. Aún falta mucho por hacer, sin embargo, estoy segura que en todo México será ley. Es cuanto, presidenta. Y retiro, porque es mi derecho, aunque no les guste, gracias.