DIPUTADA JUANITA GUERRA MENA (JGM). Con su permiso, presidenta.

La historia se escribe en letras de oro, del puño y la pluma de hombres y mujeres que se hacen gigantes en la adversidad, uno de ellos mi general Emiliano Zapata Salazar, que en los momentos de mayor apremio cuando las circunstancias parecían desfavorables encontró en su interior el valor, al atrevimiento, pero ver en adverso una oportunidad de guiar con una visión de alturas los destinos de las comunidades y hasta en las naciones enteras.

Grandes que rompen el molde de lo común, que trascienden en el pasado del tiempo y que nos heredan el pensamiento y sus acciones. Y así, así como en común tienen las grandes revoluciones del siglo XX, en este mundo en que en todas ellas surge una profunda necesidad de luchar por la libertad, por la igualdad de las clases oprimidas.

No es casualidad que en nuestro país hablar de la lucha armada de 1910, hoy sea tan vigente como la de entonces, pues la búsqueda para eliminar la pobreza, la desigualdad, la injusticia, es una tarea aún que seguimos trabajando.

Este mundo es escenario permanente de descubrimiento y desarrollo y evolución. Nuestro país, México, consecuencia de hombre de esas hazañas y así como surgió en la mente de grandes hombres y mujeres, el Plan de Ayala. Mujeres valientes. Y por ejemplo una de ellas, su esposa doña Josefina Espejo Sánchez, conocida como la generala. Intelectuales como el honroso profesor Otilio Edmundo Montaño, quien fue también parte de esa gran creación del Plan.

Fue Morelos que se dio, y se dio al inicio de esta lucha para lograr mejores condiciones de la igualdad. Es por eso que el Plan de Ayala, al cual costó vidas, uno de los que concibieron de manera muy especial, el impulsor de quienes, a pesar de haber sido excluido de la Constitución de 1917, este país le debe el denominado constitucionalismo social, plasmado en su esencia en nuestra Constitución de manera muy particular en el artículo 27, artículo que en las últimas sesiones ha sido muy citado por ustedes.

Y les pregunto, compañeras y compañeros legisladores, verdaderamente saben qué contiene y qué protege. La tierra volverá a quienes la trabajan con sus propias manos. Sobria frase de mi general Emiliano Zapata. Por ello es fundamental los tres elementos: tierra, agua, energía. Y sí, compañeros, energía, energía eléctrica, que es a un precio justo para poner en marcha los pozos que riegan los campos agrícolas.

Qué mejor legado para el destino constitucional de la nación que haber incluido en la esencia social de la Carta Magna, en el artículo 27, haya sido modificado, sí, en varias ocasiones, pero permanece la esencia de la tenencia de la tierra, que debe ser para el pueblo de México. Y con ello la lucha de mi general es hablar de toda una estructura de pensamientos que concebían el campo como motor del desarrollo nacional, como el espacio donde debe incluir la igualdad, la fraternidad, la identidad nacional y la justicia social.

Es por ello que ese hombre agrarista pasó y pasó por eso, en una importante acción en la vida política de este país. Y eso es que se conmemora los últimos 100 años. Más aún toda una estructura constitucional que aterriza en los contenidos del derecho agrario actual. Es el líder, gran líder agrarista. La vigencia de su pensamiento y su lucha se torna en obligación para las nuevas generaciones y recordarnos: trabajamos en este México por este presente generacional, pero también en el futuro generacional.

Hoy conmemoramos un año más del despiadado y cobarde homicidio a un hombre al que solo pudieron darle muerte a traición por la espalda, pero no mataron así sus ideales, su lucha, misma que ahora nos mantenemos de pie. Por eso, como él decía, perdono al que roba y al que mata, pero no al que traiciona al pueblo y a la patria.

Así es, amigos, compañeros legisladores, es momento de reivindicarnos y defender lo que es nuestro, el patrimonio nacional. La mejor manera de rendir honores al más importante símbolo agrarista campesino mexicano es fortaleciendo el tejido integral en esto que es también el tejido social. Es por ello que les pido a todas y a todos: sigamos trabajando de forma consciente, sigamos sintiéndonos orgullosos por esta gran nación, en la que dieron hombres y mujeres valientes.

Sí, soy del tercer distrito, el tercer distrito del estado de Morelos, donde nació mi general, en Ayala. También soy del tercer distrito, donde es Cuautla, también cuna de hombres y mujeres valientes. Tlaltizapán, donde fue su cuartel, pero también soy orgullosa mexicana. Y por eso seguiré en pie de lucha y siempre con respeto diciendo el tema agraristo. Zapata vive, la lucha sigue. Zapata vive y vive, la lucha sigue y sigue. Amigos, cantemos todos, porque tenemos que ser en conjunto. Zapata vive y vive, la lucha sigue y sigue.