DIPUTADA LORENA VILLAVICENCIO AYALA (LVA). Gracias, diputada presidenta.
Ciudad de México, domingo 8 de marzo, día de la marcha en favor de las mujeres.
La emoción nos hermanaba a quienes nos encontrábamos en el Metrobús viendo cómo las mujeres vestidas de morado y verde subían en cada estación en vagones nutridos de nosotras, colmada de entusiasmo.
Primera bajada, la Glorieta de Insurgentes y la mayoría llegamos hasta la Plaza de la República, ahí tuvimos que hacer una larga fila para salir de la estación y tomar rumbo al Frontón México.
Las jóvenes irrumpieron de todas las calles aledañas a la Plaza de la Revolución y desde ahí se apropiaron de la marcha, dándole color y contenido. En la antimonumenta, empezamos a vernos como iguales, todas sabiendo que era el momento de hacer historia rompiendo estereotipos acuñados por el patriarcado, para alcanzar nuestra libertad y autonomía para decidir quién ser y cómo ser.
El miedo desapareció al sabernos juntas, exigiendo el derecho a seguir vivas y sin violencias. La creatividad, un sello de muchas mujeres que expresaron en sus cartones sus aspiraciones, exigencias e indignación; algunas haciendo de su cuerpo una representación, no sólo del dolor y la violencia, sino mostrando su pertenencia. Las pañoletas verdes fueron el símbolo de la apropiación y decisión de nuestro propio cuerpo.
Una marcha donde nos reconocimos en nuestra propia fuerza y poder de cambio, asumiendo la estafeta de otras mujeres que lograron nuestra ciudadanía y reconociendo los derechos que nos toca exigirlos para todos, para todas y ejercerlos.
La empatía desbordó el caudaloso río de mujeres atentas a escuchar el dolor de las familias a quienes les arrebataron a sus hijas, hermanas y madres y darles un abrazo colectivo.
La manifestación marcó la conciencia de quienes caminamos juntas, de no ceder nunca más al silencio que empodera al agresor o al Estado omiso.
Entendimos que ser valiente no sólo es perder el miedo a expresarnos, sino a exigir el derecho a tener derechos.
Fueron cientos de miles de mujeres exigiendo un Estado sin privilegios, como el patriarcado, para darle vida a un Estado de derechos empezando por la vida de las mujeres y las niñas libre de cualquier tipo de violencia.
No obstante esta histórica marcha no fue suficiente para romper con etiquetas y críticas que buscan descalificarla. El movimiento feminista, que se ha apropiado de las calles y que fue acompañado de otras mujeres defendiendo su derecho a una vida libre de violencia, no busca conservar el orden imaginado que niega la igualdad entre hombres y mujeres; al contrario, es un movimiento que busca transformar la cultura machista que somete a las mujeres, las violenta y las mata, pero también a los hombres que no cumplen con ese modelo de masculinidad.
Las mujeres fortalecimos con nuestros pasos la democracia y hoy somos ejemplo con el paro de labores públicas y privadas, es el más importante movimiento pacifista incluyente y civilizador al exigir derechos para todas; dignidad, integridad, igualdad son nuestras divisas, la solidaridad ya nos pertenece y vamos por una agenda que quedó marcada en las paredes y carteles y en las pañoletas verdes y moradas.
Por la igualdad salarial, por el derecho al cuidado digno, por el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo despenalizando la interrupción del embarazo y establecer una política de prevención y erradicación de la violencia feminicida.
Vamos por una vida libre de violencia, somos la Legislatura de la Paridad; y que quede claro, las mujeres de Morena somos feministas y asumimos como nuestra la agenda que compartimos. Vamos sin reserva por el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y sexualidad reproductiva. Es cuanto.
LINK PARA DESCARGAR VIDEO:
https://youtu.be/Q0TjSdEjjkI