LXVI LEGISLATURA

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A 57 años del 2 de octubre

El movimiento estudiantil de 1968 y la represión en Tlatelolco dejaron cicatrices profundas en la sociedad mexicana, pero también encendieron un espíritu de resistencia y lucha democrática que ha perdurado en el tiempo.

El movimiento estudiantil de 1968 en México es uno de los capítulos más significativos en la historia reciente del país. No solo marcó un antes y un después en la vida política y social de México, sino que también dejó un legado que ha influido en generaciones posteriores.

Aquel movimiento se desarrolló en un contexto especial:

1) Control del Partido Revolucionario Institucional (PRI): en la década de 1960, México estaba bajo el control de ese instituto político. Antes del movimiento estudiantil se había reprimido a lo largo de una década a trabajadores ferrocarrileros y a las protestas campesinas, y se perseguía en Guerrero y Morelos a la guerrilla de Rubén Jaramillo. La represión de las libertades civiles y políticas fomentó el descontento, especialmente entre jóvenes y estudiantes.

2) Cercanía de los Juegos Olímpicos de México 1968: a medida que se aproximaba la inauguración de esa competición deportiva, el Gobierno intentó ocultar las tensiones sociales y las protestas en el país. Esto generó un clima de represión, pero, a la par, una mayor organización por parte de las y los estudiantes. En Europa también se desarrollaban protestas estudiantiles, y esto puso en alerta al Gobierno mexicano que, de acuerdo con el clima de la Guerra Fría, que prevalecía a nivel mundial, las disidencias juveniles eran catalogadas como “comunistas” y financiadas por “el oro de Moscú”, lo cual era una vil mentira.

3) Protestas y demandas: el movimiento de 1968 empezó reclamando no solo mejores condiciones educativas, sino también la democratización del país, la libertad de expresión y el fin de la represión policial. Las demandas se extendieron hacia problemas sociales más amplios.

4) La masacre de Tlatelolco: el 2 de octubre de 1968, el Gobierno reprimió con brutalidad a las y los estudiantes reunidos en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, lo cual dio como resultado un número indeterminado de personas muertas y heridas. Este evento se convirtió en un símbolo del autoritarismo y de los abusos del Estado mexicano.

5) Conciencia social y política: el movimiento estudiantil despertó una mayor conciencia social y política en la población mexicana, especialmente entre la juventud. Esto llevó a una generación más crítica y activa en la vida política del país.

6) Cambios en la política: si bien el PRI continuó en el poder, la masacre y el movimiento estudiantil llevaron a una gradual apertura política. A lo largo de las décadas, se comenzaron a implementar reformas que respondían a las exigencias sociales, aunque de manera limitada y controlada por el Gobierno.

7) Memoria y derecho a la justicia: la masacre de Tlatelolco continúa siendo un tema de memoria y reivindicación en México. Las demandas de justicia, verdad y reparación se mantienen; por ello, cada año se realizan marchas para recordar a las víctimas y cada 2 de octubre es izada a media asta la Bandera Nacional, en memoria de las y los estudiantes masacrados.

8) Movimiento estudiantil y movimientos futuros: el del 68 también sirvió de referente a movimientos sociales posteriores, conectando las luchas estudiantiles con demandas más amplias de democracia, derechos humanos y justicia social.

En suma, el movimiento estudiantil de 1968 y la represión en Tlatelolco dejaron cicatrices profundas en la sociedad mexicana, pero también encendieron un espíritu de resistencia y lucha que ha perdurado en el tiempo, recordándonos la importancia de la participación ciudadana y la defensa de los derechos humanos en México.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

X: @RicardoMonrealA

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