La diputada Rocío Villarauz Martínez, como secretaria de la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputadas y Diputados, consideró que es desafortunado que se presenten iniciativas en materia de objeción de conciencia como la que presentó el diputado Carlos Leal, del Estado de Nuevo León.

La diputada del Grupo Parlamentario de Morena subrayó que es obligación del Estado, a través de las y los funcionarios públicos, garantizar el acceso a los derechos ya establecidos, pues consideró que este tipo de iniciativas va en contra de los avances hacia una igualdad sustantiva y el respeto a los derechos de las mujeres, además de que contraviene instrumentos internacionales suscritos por México.

Enfatizó que en un Estado de derecho no deben anteponerse principios morales por sobre las normas jurídicas, pues ello implicaría una violación a los derechos establecidos para preservar la vida de miles de mujeres que mueren por abortos mal practicados que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Dinámicas en las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2016) señala que 9.4 millones de mujeres de 15 a 49 años dijo haber estado embarazada en los últimos 5 años; de estas, poco más de un millón dijo haber tenido al menos un aborto.

La diputada Villarauz Martínez aseveró que “este tipo de iniciativas no sólo se hacen desde un profundo desconocimiento de lo que es la perspectiva de género, mal llamado ideología, sino que tienen por objetivo menoscabar los derechos ya ganados, pues todos los Estados del país tienen en su código penal algunas causales que estipulan circunstancias bajo las cuales es un derecho de las mujeres interrumpir su embarazo y la objeción de conciencia pone en riesgo nuestro derecho a decidir sobre nuestro cuerpo bajo supuestos como la malformación del producto, el riesgo de la propia vida o que el embarazo sea producto de una violación”.

Agregó que impedir una formación en género por preceptos morales constituiría una violación a nuestro derecho a la información y la educación que además puede salvar vidas. “Vivimos en el siglo XXI, en la Cuarta Transformación, donde los derechos de las mujeres toman un papel relevante para la consolidación de la democracia y el desarrollo de la sociedad, por lo que no podemos permitir retrocesos: ¡Vivas nos queremos!”