DIPUTADA MARÍA DE LOS ÁNGELES HUERTA DEL RIO (MAHD). Pues mire, en primer lugar, yo creo que nos ha quedado muy claro con la exposición ahora que hace el doctor, es que el poder adquisitivo de los mexicanos más pobres se ve profundamente mermado, justo a causa de este poder de mercado; afecta de manera terrible el bienestar de todo.

Otra cosa que yo quisiera agregar a eso, brevemente, es que al alterarse la libre competencia, además se generan estos problemas de monopolio u oligopolio que depredan de muchas maneras, otra vez, el bienestar de todo, porque los precios entonces, como lo acaba de decir, son mayores y todo lo que estamos escuchando aquí.

Entonces el poder de mercado sí es un enemigo fundamental del bienestar público, agrava toda esta desigualdad que hemos estado ya viviendo; los pobres quedan más pobres, se disminuye además la producción. Todos los efectos perniciosos de esta situación.

Ahora, ¿qué podemos hacer frente a esto que voy a llamar en este momento ‘mal público’ llamado poder del mercado? Para que nada más, contextualizar mi respuesta.

Creo que ésta es una de las mayores responsabilidades en materia económica que tiene el Gobierno y que tiene el Poder Legislativo, la posibilidad de eliminar o por lo menos minimizar al más alto grado posible este mal público, y estas fallas de mercado y que también, implican o derivan en fallas de Estado -que es por donde yo me quiero ir, porque bueno yo soy politóloga, soy maestra en Política Pública, no soy economista- de cualquier manera entiendo el tema, pero quisiera irme por el grave problema que implica este mal público.

Bueno, también quiero decir que el poder del mercado, como entonces voy a derivar en mi respuesta, genera o puede ser creado, puede surgir de manera espontánea, o puede sobre todo ser creado por el Gobierno. Porque en contubernio el gobierno con a lo mejor, con este poder, produce esta falla de mercado, ese contubernio, que es otro de los males públicos.

O sea, un mal público es que haya poder de mercado, y el derivado o el consecuente, es que también haya una falla de Estado, porque entonces estamos viendo que en tanto el gobierno tiene como función o tendría, en un Estado liberal democrático normal, tendría como tarea pues que haya una libre competencia de todos los mercados, que no se produzcan estas fallas, ni de mercado, ni de Estado; y entonces toda la economía funcionaría de manera diferente, porque ya sabemos todos que con este tipo de fallas se sacrifica mucho el bienestar público y además se impide el desarrollo del país.

Y ahora sí entro al tema de cómo a través de este Plan Nacional de Desarrollo estamos trabajando justo, primero me parece que lo más importante de decir, es que justo el problema, yo creo, que plantea en su diagnóstico nuestro Plan Nacional de Desarrollo, es de manera más o menos detallada explicar cómo estas fallas de Estado y de mercado, contubernios establecidos entre empresas, falta de vigilancia, etcétera. Lo estamos viendo por ejemplo de manera hoy, muy emblemática, en el tema del sector salud, cómo las medicinas fueron compradas o fueron todo ese negocio, fue más o menos planteado en términos de cualquier cosa, menos libre competencia, y que la falta o la ausencia de libre competencia, es justo lo que está provocando o lo que provocó una cantidad de fallas pues que hoy, lamentablemente están derivando en que el camino a su arreglo necesitamos replantearnos todo este tema de las compras y la manera en cómo se compraba, etcétera.

Es sólo un ejemplo de cómo es que en los gobiernos –según el diagnóstico que nos plantea nuestro Plan Nacional de Desarrollo- los gobiernos anteriores pues no hubo cuidado en el tema del empoderamiento, digamos perverso por supuesto, del Estado, y cómo las fallas del Gobierno pues repercutieron y están repercutiendo de manera terrible en el bienestar de todos los mexicanos.

Con este primer comentario, quiero reivindicar dos cosas fundamentales. Primero, una crítica que he oído –he estado presente en casi en todos los foros de esta Cámara de Diputados- y he oído con cierta frecuencia que este plan nacional no cumple con lo planteado en la Ley de Planeación, a lo cual quiero decir que quienes tienen este diagnóstico se equivocan. ¿Por qué? Porque esta soberanía, de conformidad con lo que establece el artículo 21 de la Ley de Planeación, determina que nosotros vamos a votar o no, si el Plan Nacional de Desarrollo incluye los fines del desarrollo nacional.

Quiero decirles que en el análisis muy puntual que hemos hecho, decimos que en materia económica, de acuerdo con el articulado de la Constitución, que incluye el artículo 27, 28, 25, etcétera, que habla de manera general no les voy a decir aquí a detalle, pero del régimen de propiedad, la libre empresa, las actividades reservadas del Estado, etcétera, la planeación democrática. Todos estos temas a los que nos invita nuestra Constitución, a que nos apeguemos efectivamente, el Plan Nacional de Desarrollo, lo hace.

Lo quería decir en un primer lugar para desarticular de manera clara aquella idea que pudiera decir que nuestro plan no lo está haciendo.

Ahora, en la misma Ley de Planeación se establece que necesitamos, o que era necesario que este plan también cumpliera con algunos detalles como son el diagnóstico, las perspectivas a largo plazo, los ejes generales, los objetivos específicos, las estrategias, las metas, algunos indicadores y también les comento –y con eso voy un poco a contestar a la pregunta- porque la pregunta es ¿Qué es lo que puede hacer el gobierno, el Poder Ejecutivo, el Legislativo, para poder ir de alguna manera disminuyendo los problemas de estas fallas? Que yo solamente podría, digo parecen invitarnos a hablar de las fallas de mercado o del poder del mercado, pero también me parece que sería pertinente mencionar que las fallas del Estado están justamente diagnosticadas en este proyecto y además está un plan muy bien hecho para poder abatirlas de alguna manera.

Es complejo el tema; yo aunque aquí estoy rodeada de muchos especialistas, ya me ayudarán al rato a que expongan ellos, pero mi opinión humilde, es que efectivamente el plan es un mapa de ruta que adecuadamente nos conduce a la posibilidad de eliminar muchas de esas fallas derivadas del poder del mercado.

Así que en primer lugar, sí quiero establecer y que quede claro para toda la discusión, que desde nuestra perspectiva, este plan sí cumple, a cabalidad, con plantearnos un diagnóstico, con hablar de los objetivos, las estrategias, las metas y el dibujo de algunos de los indicadores, que luego se detallarán más en lo que ya es propiamente el anexo del plan, pero que en general cumple con lo planteado por la Ley de Planeación.

Ése es un primer tema, así que yo digo que nadie se diga llamado al engaño o que diga que no se cumple, este plan es enfático en presentar que también es sencillo. Es cierto, muchas de algunas de las personas que yo he escuchado aquí, legisladores dicen “bueno es que está muy complicado”, pues no. Necesitábamos quitar ese lenguaje oscuro, un poco tecnocrático que lejos de comunicar los propósitos gubernamentales los escondía y es lo que vivimos en otros planes.

Creo que ya tengo poco tiempo, así que seré más o menos breve en decirles que, en este plan, por ejemplo, en el diagnóstico nos queda claro que esa lógica de alianzas corruptas y poco transparentes entre consorcios potentados, empresas, el gobierno, ya ni para qué les hablo de la materia energética y el terrible problema de contratos a cuatro veces más el sobreprecio. Bueno, podríamos ir a cada área y detectar eso.

El diagnóstico que se hace en este plan, justo ataca, observa eso y ve las posibilidades que tenemos para poder atacar ese problema.

Respecto a las perspectivas de largo plazo en materia económica, pues nos plantea varios puntos, por supuesto el tema de la recuperación salarial, algunos de los asuntos que tienen que ver con programas que nos ayudan a la redistribución de la riqueza, del ingreso, que traten de atacar el problema de 50 millones de pobres más 10 o incluidos 10 en pobreza extrema. Así es como el plan nacional en temas generales nos plantea tres ejes: política-gobierno, política-social y lo que nos ocupa hoy que es el aspecto económico.

Creo que básicamente lo que podemos decir sobre el plan en materia económica es que quiere generar bienestar para la planeación a través de objetivos específicos, que son: crecimiento con austeridad y sin corrupción, importantísimo; disciplina fiscal, cese del endeudamiento, respeto a las decisiones autónomas del Banco de México, creación de empleos, fortalecimiento del mercado interno –que es básico- impuso a la agricultura, a la investigación, a la ciencia, a la tecnología, etcétera. Estrategias muy claras, no gastar más dinero del que ingrese a la hacienda pública, cosa que nos pone en algunos problemas, pero ésta es una estrategia fundamental.

Por supuesto combatir con mucho rigor la evasión fiscal, alentar la inversión privada, políticas de recuperación salarial, acceso a crédito de las pequeñas y medianas empresas, que justo pueden activar el mercado interno, servicios bancarios para beneficiar a los que tradicionalmente no lo eran, como las personas pobres que tendrán acceso ahora a programas sociales, y ahora el Gobierno federal va a impulsar estas modalidades de comercio justo, economía social, economía solidaria, etcétera.

Bueno, no quiero comer mucho más del tiempo, solamente quería con esta respuesta y esta oportunidad, muchas gracias exposición, pues plantearles que estamos con un plan que aunque escueto para la opinión de algunos; claro, conciso y contundente en opinión de otros, como la mía. Es un plan que nos permite dilucidar que efectivamente las fallas del mercado, pero también las fallas del Estado, serán combatidas con toda honestidad, con toda dirección, y sobre todo con toda planeación.

Pues hasta aquí mi respuesta, muchas gracias.

LINK PARA DESCARGAR VIDEO:
https://youtu.be/tvdFjxetjwk