DIPUTADO PABLO GÓMEZ ÁLVAREZ (PGA). Muchas gracias, diputado Gutiérrez Luna; colegas; presidente de la Cámara; representantes, dirigentes, presidentes de los partidos políticos de México.

Morena es el partido de más reciente registro de cuantos están presentes en el Instituto Nacional Electoral en este momento. Es gobierno y mayoría legislativa, lo cual pues es un fenómeno muy poco frecuente en el mundo.

Muchas preguntas deberíamos hacernos al respecto de este fenómeno, pero una de ellas, que es ineludible en un foro como éste, es reconocer que hubo un dictado popular producto de una emergencia ciudadana gigantesca; y que ese dictado hay que expresarlo en cambios de fondo para no defraudarlo.

Es muy sencillo que un partido que no ha ganado las elecciones interprete el sentido del voto de quién ganó, pero ésa no es su función, su función es tratar de revertir el dictado anterior y ser mayoría, y entrar a la lucha política para ser mayoría, pero no desconocer una situación política que le fue adversa.

Son dos métodos. Uno de ellos no es democrático, el que trata de desconocer el hecho democrático; el otro sí lo es, porque trata de cambiarlo, de revertirlo por la misma vía, como lo hizo la fuerza que obtuvo la mayoría, exactamente así.

Y a lo que convocamos es a eso, a que todos nos comportemos como lo ha hecho la fuerza gobernante mayoritaria en este momento, y tomemos el camino de la lucha política tan fuerte y dura como se quiera; no leal con el adversario, sino con el país; no con el poder, sino con la ciudadanía a la que debemos lealtad por encima de cualquier otra estructura de Estado, porque a la hora de la votación son los ciudadanos.

Y yo pienso que ese dictado hay que expresarlo en cambios de fondo en el sistema político, en los los derechos humanos y los derechos sociales.

La democracia directa y participativa no elimina la representación política, sino que crea una nueva ciudadanía al otorgarle a la gente funciones nuevas, también. Los ciudadanos ya no son consultados sólo en elecciones, sino sobre decisiones que afectan a muchos o a todos; así es también en la revocación de mandato, el que pone puede quitar, el que elige puede decidir.

En la medida que las democracias avanzan, la representación es menos necesaria, llegará la humanidad, sin duda alguna, a tener un nivel tal de desarrollo que nadie requiera ser representado por otro. Pero por lo pronto, no estamos queriendo tumbar la democracia representativa, sino reivindicar la democracia directa y participativa.

Hay que crear una ciudadanía que cuente con más derechos, entre ellos los decisorios; el sufragio no puede seguir siendo la única forma, la democracia formalista debe ser superada dando poder a la ciudadanía.

No caigamos en frases huecas. Quien critica la democracia plebiscitaria, está tratando de eludir, darle (inaudible) de sus decisiones propias. Pero siempre será mejor que el pueblo decida a que decidan por él, siempre. El único problema es que no siempre es posible que lo hagan.

Entonces hay que abrir los caminos, los senderos a través de los cuales la gente pueda tomar la mayor cantidad de decisiones. Desde la comisaría del municipio, la región, el estado, los pueblos indígenas, que hoy no tienen derechos a la autonomía, deben tenerla, esos también son derechos políticos para resolver el problema histórico más grande de esos pueblos que es, que hace 500 años fueron apartados del ejercicio del poder político. Y eso es lo que está vigente, porque después con la Independencia nunca se les restituyó e acceso como tales pueblos al ejercicio del poder político.

Tenemos que abrir eso. Hay reformas de Estado que son indispensables ya. Así también para la creación de ciudadanía se deben eliminar las intermediaciones clientelares de sometimiento a la gente pobre o más necesitada. Y vamos a seguir en esa lucha, no tiene remedio.

Luchamos durante todos los regímenes anteriores contra esa manipulación, contra ese uso de la política social, no podemos defraudar al pueblo que votó por nosotros.

La política social debe conducir al establecimiento de derechos, en cuyo cumplimiento deben siempre estar obligados lo poderes políticos del Estado.

Hablamos de derechos sociales libremente ejercibles y siempre exigibles, en todos los aspectos: salud, educación, vivienda, alimentación, etcétera. Es ineludible que también intentemos reformas de carácter político electoral.

Quiero hacer una aclaración enfática aquí. Morena no quiere reproducir el método de hacerse representar con voto de manera oficiosa en el órgano de gobierno de la institución señalada como independiente e imparcial de carácter electoral. Eso lo han hecho otros. Es lo que está hoy vigente. A mí me ha causado un poco de escozor, más bien no entiendo por qué.

Que se pida que no se elija ningún otro consejero electoral, bueno, a riesgo de violar la Constitución y de que se obligue a la Cámara por medio de una resolución judicial a hacer lo que dice la Carta Magna, pero bueno.

Estamos dispuestos a (inaudible) nombrar, siempre que ningún partido vuelva a nombrar a nadie y no pretenda que los suyos sean los únicos que queden en el consejo general, porque eso ya es una aspiración un poco extraña y rara, sobre todo que se confiese.

No queremos, insisto, no deseamos eso. No tenemos a nadie en el consejo general. No tenemos ningún compromiso con el pasado en el cual el órgano de gobierno del aparato electoral estaba o se componía de representantes virtuales de los partidos.

¿Cuál es el nivel de independencia e imparcialidad de un órgano como ése? No existe en ninguna otra parte del mundo algo así. Eso es único en México.

Yo me pregunto, ¿hasta dónde vamos a seguir con esa singularidad? Lleguemos a un acuerdo, más bien, de civilidad, irrenunciable, efectiva y sin simulaciones. Seguir el camino de la simulación no es lo mejor para el desarrollo de un sistema democrático electoral.

Invitamos a todos los partidos a conversar sobre este tema, así como otros muchos, con objeto de buscar un nuevo consenso sobre la autonomía, imparcialidad, apego a la legalidad y eficacia del aparato electoral del país.

Tenemos un servicio profesional construido que puede ser una base formidable para alcanzar las reformas más convenientes para el país, aquellas que aconsejen los consensos basados en la crítica sincera de la realidad que hoy tenemos.

La austeridad republicana no es abaratar, sino evitar el derroche y la mala administración, dar el mejor uso posible a los fondos y recursos públicos, y acabar con los privilegios económicos y administrativos de los poderosos y sus allegados, porque entendemos que tal es uno de los grandes clamores mayoritarios en este país.

Que no sólo se expresaron en los votos de la coalición triunfadora en las elecciones, sino en muchos de los votos en favor de los demás partidos, cuyos electores votan en contra del derroche, la corrupción, la simulación, la utilización de recursos públicos como base de privilegios que no pueden seguir siendo tolerados por un pueblo altivo que ha sabido dar un mandato de transformación política en el país.

Por cierto, la representación proporcional pues no se va a eliminar, tampoco se está planteando la modificación del porcentaje de la misma, como no sea para elevarlo, como lo propusieron no hace mucho tiempo algunos partidos.

Morena nunca ha planteado semejante cosa, nunca hemos discutido nosotros eso. Quizá sí por la propuesta de Wolderberg, mitad y mitad, que ésa es la única respetable de las que yo he escuchado, de las demás pues francamente serían involuciones a lo que tenemos, a la lucha porque la representación popular esté plena en las Cámaras del Congreso.

Miren ustedes, más que discutir lo que no, pues es necesario avanzar hacia un proceso crítico que nos lleve a qué sí, ése es el mejor método para poder llegar a consenso, y más que creerle a cualquiera que escribe o se expresa en medios de comunicación, en redes sociales o en este o el otro, pregunten. Yo les propongo un acto, pregunten a la fuerza gobernante y a los partidos que la integran antes de atribuirles intenciones que no tienen o inventarles cosas, ese diálogo sería más productivo.

Vamos a hacer una relación que tenga soporte documental, vamos a unas negociaciones en búsqueda de un consenso donde haya soporte documental, que cierre el paso a inventar intenciones ocultas.

Mucha gente habla hoy a los medios políticos, “Morena quiere hacer de su mayoría el aplastamiento de las libertades, de la independencia del organismo electoral, del Tribunal”, de no sé qué, no sé cuándo.

Hasta donde yo sé, los mecanismo de control del gasto no le quitan a ningún organismo público ninguna autonomía, no, todos tienen auditores internos nombrados por la Cámara, ¿por qué no otros?, el mismo INE lo tiene, ¿de qué manera le quitamos al INE autonomía por eso?, entonces el problema no está ahí, el problema está en el diseño.

Señores y señoras, estamos abiertos a la búsqueda sincera, crítica, verdadera, comprometida de un consenso para hacer una Reforma Estado y una Reforma Electoral, para tratar de hacer avanzar la democracia como la ciudadanía mexicana ha expresado de mil formas que desea que se haga.

Y ponernos pues frente al mundo entero en condiciones de orgullo, en condiciones de sostener, mejorar siempre, el sistema político de la Constitución, los derechos sociales y, en general, el conjunto de derechos que los pueblos del mundo están tratando de conquistar en todos los países.

Muchas gracias.

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