LXV LEGISLATURA
Cumplimos
Intervención en tribuna de la diputada Dolores Padierna Luna, integrante del Grupo Parlamentario de Morena, para para presentar una iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman los numerales 7 y 8 del artículo 17 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos en materia de elección de Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
7 agosto, 2019 - Prensa
DIPUTADA DOLORES PADIERNA LUNA (DPL). Gracias señor Presidente.
El marco jurídico del Congreso ha sido modificado, según hayan cambiado las circunstancias políticas nacionales, atienden al tenor de la integración política y numérica de cada grupo parlamentario.
El gobierno parlamentario debe estar acorde con el sentido ciudadano expresado en las urnas cada tres años, cuando cambia la integración de la Cámara de Diputados, el marco jurídico debe ser dinámico, adaptarse a la realidad política de cada momento electoral.
En las pasadas elecciones del pasado 1º de julio de 2018, el pueblo de México se expresó claramente y otorgó un mandato al Poder Legislativo para llevar a cabo las grandes transformaciones legislativas que requiere la vida nacional.
En la Cámara de Diputados, al instalarse la actual LXIV Legislatura, quedó conformada con Morena que cuenta con 259 Diputados y Diputadas; la Coalición “Juntos Haremos Historia”, con 317 legisladoras y legisladores. Esta es una clara expresión de la voluntad ciudadana, un mandato imperativo de la ciudadanía para impulsar la cuarta transformación.
La Cámara de Diputados ya no debe obedecer a un funcionamiento de tres minorías políticas como lo establece la actual Ley, ese tiempo ya pasó, hoy la realidad ya no marca una división, un gobierno de minorías ni un gobierno dividido. Tenemos un gobierno con una mayoría consistente para el normal funcionamiento de la Cámara.
Uno de los signos distintivos es que hay un dinamismo legislativo con la finalidad de lograr las modificaciones que requiere la cuarta transformación en el menor tiempo posible.
De los 300 distritos de elección directa de Diputados Federales, nuestra coalición “Juntos Haremos Historia” ganó 210 distritos, que representa el 70 % de los distritos; la segunda fuerza ganó solo cinco, el 1.24; y la coalición PAN, PRD, Movimiento Ciudadano ganó el 25 %. Eso es sin contar las diputaciones plurinominales; sola la Coalición “Juntos Haremos Historia” gana la mayoría calificada con votos genuinos de la ciudadanía, mayoría calificada de distritos. Esa fue la expresión del voto directo en las urnas.
Las modificaciones al marco jurídico responden a momentos, a necesidades, a contextos determinados; el voto ciudadano no es solo para ocupar curules, sino para hacer las reformas necesarias acordes con el proyecto de nación que gana en las urnas.
Desde hace 25 años, desde hace un cuarto de siglo ningún partido había podido alcanzar una mayoría absoluta en la integración de las Cámaras, eran minorías de distinto peso quienes habían conformado este Poder Legislativo, era necesario, por lo tanto, la rotación al frente de los órganos para lograr la gobernabilidad al interior del Congreso.
Hoy la propia ciudadanía votó por darle a Morena y a la Coalición “Juntos Haremos Historia” la gobernabilidad en las Cámaras, como producto de un ejercicio democrático y de participación ciudadana que caracteriza los nuevos tiempos.
Entre 1994 y 2015 la presencia del partido político con mayor cantidad de Diputados en la Cámara, fluctuó entre el 43 y el 48 %.
En la actual legislatura Morena por sí sola alcanza el 52 % del total de las curules, mientras que la segunda fuerza política; es decir, el PAN tiene una presencia de 15 % de curules, y el PRI tiene un 9.4 % de las curules.
A diferencia de los procesos legislativos anteriores que buscaban la gobernabilidad mediante equilibrios obligados, hoy la gobernabilidad está decidida en las urnas de manera democrática y es esta fuerza política quien debe continuar el proceso legislativo de la cuarta transformación.
En esa lógica, el año de 2006 tuvo que reformarse la Ley en su artículo 17, numeral 7 para que la Ley Orgánica del Congreso General reconociera la Mesa Directiva de la Cámara para que se fuera repartiendo entre las tres fuerzas políticas principales, de forma consecutiva y decreciente, atendiendo aquella realidad en que el partido mayoritario tenía solo el 41 % de las curules y la segunda fuerza política el 25, y la tercera el 21 %.
Con esa reforma se aseguró que las tres minorías tuvieran participación en los órganos de gobierno y administrativos camerales, asegurando también la construcción de consensos y acuerdos parlamentarios.
Hoy, no se necesitan incentivos ni prebendas para alcanzar consensos y acuerdos parlamentarios. Hoy, las fuerzas políticas participan porque sus electores y sus representantes exigen resultados de lo que se ofreció en campaña, ya no se justifica la reforma de 2006. Es necesario adecuar la Ley Orgánica del Congreso de la Unión a la nueva realidad.
La iniciativa busca precisamente asegurar la gobernabilidad de la Cámara, asegurar que cuando un partido político cuenta con una mayoría absoluta la Mesa Directiva la mantenga durante el trienio que dure la Legislatura, asegurando que en los casos en el futuro en donde ninguna fuerza pudiera no alcanzar la mayoría absoluta, se siga asegurando la rotación de la Mesa entre las distintas fuerzas minoritarias.
Con esta iniciativa no se busca limitar la participación o la pluralidad política al interior de la Cámara, únicamente se busca reconocer el valor de los votos, el peso político que los votos le dan a cada quien y la participación ciudadana sea el único método para decidir los cargos al interior del Congreso.
El hecho del respaldo popular otorgado a una fuerza política mediante los sufragios es demasiado relevante. Entre la primera fuerza y la segunda fuerza política actualmente hay un margen superior de 36 %. La diferencia entre la primera y la tercera fuerza supera el 42 % en números totales, es decir, el electorado votó abrumadoramente por Morena en las pasadas elecciones, como nunca antes lo había hecho, obedeciendo este mandato es que se presenta la presente iniciativa.
El hecho que la Mesa Directiva de la Cámara sea dirigida por la fuerza política que ostente la mayoría absoluta asegura la gobernabilidad y el correcto funcionamiento de la Cámara, pero además asegura que se mantenga la pluralidad política y que las minorías puedan tener la Presidencia de la Mesa cuando ningún partido alcance por sí solo el umbral de esta representación.
Pero además, antes no había ningún problema cuando había la rotación de la Mesa, porque ningún grupo parlamentario tenía la mayoría en la integración de la Cámara, pero sobre todo porque todas las minorías no implicaban cambio alguno al rotarse la mesa, daba lo mismo quién presidiera, porque todos respondían al mismo proyecto. No importaba quién estuviera en la Mesa Directiva, porque votaban igual. Era una mayoría de facto, eran tres minorías defendiendo el mismo proyecto.
La realidad ahora es muy diferente pues Morena no solo es mayoría absoluta, sino representa un proyecto diametralmente distinto. No solo se tiene la legitimidad, la legalidad, la representatividad emanada de las urnas, sino que además se tiene la responsabilidad histórica de sacar adelante la Cuarta Transformación, que es el proyecto por el que votó la gente.
Es necesario legislar para actualizar la ley a la nueva realidad y lo único que se está proponiendo no es más que agregar un renglón en el artículo 17, numeral siete, que diga que la Mesa Directiva la ocupará rotativamente cuando no se tenga la mayoría absoluta. Pero si un partido obtiene la mayoría absoluta ocupará la Mesa Directiva por lo que dure la Legislatura, para no heredar esa a otras legislaturas. Es mientras dure esta Legislatura.
Esta iniciativa, por las prisas, porque me dijeron que no iba a subir, la firman muchos legisladores y legisladoras. Si me pasan la lista sería bueno. No la tengo aquí ni la iniciativa, pero no es una iniciativa personal, la han suscrito muchos legisladores y legisladoras de diversos partidos políticos.
Gracias.