DIPUTADA IRMA JUAN CARLOS (IJC). Buenos días a todas y todos. Bienvenidas y bienvenidos a este Foro "Hacia el Fortalecimiento de las Empresas Forestales Comunitarias Desde el Ámbito Fiscal".

Agradezco a quienes hoy nos acompañan en la mesa del presídium, esta oportunidad de participar de manera conjunta en beneficio de nuestras comunidades.

Quiero en especial agradecer la presencia de cada uno de ustedes quienes son parte fundamental en el desarrollo de estas actividades forestales. Me da mucho gusto que nos estemos involucrando en estos temas sobre todo porque va a conducirnos a lo que sería una Reforma en materia fiscal en beneficio de nuestras comunidades comunitarias.

Quiero decirles, hermanas y hermanos, que vivimos una fecha muy triste para la humanidad entera. No sólo para México. La Amazonía se está destruyendo, la biodiversidad desaparece y la humanidad presagia su muerte. Desde aquí pido que nos solidaricemos con nuestros hermanos y hermanas de los países de Brasil, Bolivia, Paraguay, Perú y guardemos un minuto de silencio por estos lamentables acontecimientos.

Las empresas forestales comunitarias no sólo son una respuesta a la conservación, son antes que nada la solución para la conservación de nuestros bosques, la solución a una destrucción masiva, la solución a la pobreza que viven nuestros pueblos indígenas, la solución para una nueva relación entre estados, sociedad civil, pueblos indígenas y afromexicanos, la solución para una mejor sociedad.

Desde aquí quiero resaltar la importancia de la diversidad biológica de nuestro país, y para ello debo afirmar que si en 1859 Charles Darwin puso en el pensamiento occidental la primera tipología de esas especies, muchos siglos antes, nuestros pueblos ya conocían el valor de las plantas y de los animales.

Incluso cuando en el occidente las monedas eran de oro, en Mesoamérica y principalmente en la cultura Zapoteca, el cacao era nuestro bien preciado que servía como moneda. No es casualidad que el oro fuera para una cultura el criterio de valor, y el cacao en la otra. Era una forma filosófica de vida. Para unos, el valor radicaba en la fortaleza de la acumulación. Para nosotros en el contenido intrínseco de la naturaleza.

Conforme a datos estadísticos, México tiene 450 mamíferos, 1026 aves, 687 reptiles, 285 anfibios, 25 mil plantas con flor. En cuento a los ecosistemas contamos con bosques de coníferas, y encinos, bosques espinosos, bosque mesófilos, bosques tropicales caducifolios, bosque tropical perennifolio, bosques tropicales subcaducifolio, lo que convierte en uno de los países con mayor riqueza biológica de la humanidad.

Pero algo debe subrayarse, esta riqueza biológica pertenece a nuestros pueblos indígenas, así como lo ha manifestado Víctor Toledo y Édgar Boez, en su artículo La biodiversidad.

Las culturas y los pueblos indígenas, que cerca del 80 por ciento de las ecorregiones están habitadas por uno o por más pueblos indígenas y la mitad de las 6 mil culturas indígenas son habitantes de estas áreas. Sobre una base biogeográfica, todas las regiones, exceptuando la paleática, mantienen el 80 por ciento o más de sus territorios habitados por los pueblos indígenas.

Por eso no es casual que las empresas forestales comunitarias sean una gran oportunidad para nuestros pueblos, la historia lo demuestra, por ejemplo, Oaxaca, uno de los estados con mayor riqueza biológica, también ha sido pionero en el impulso de esta actividad.

Efectivamente, durante los años 50, la explotación forestal correspondía a empresas privadas y fue hasta los años 60 cuando se empieza a reclamar el derecho que se tiene sobre los bosques, comunidades y ejidos de Oaxaca, Durango y Quintana Roo dieron los primeros pasos en la reivindicación de los derechos de explotación forestal y dejaron una muy buena lección.

En primer lugar, porque se combatió la pobreza de las comunidades desde la generación de empleo; en segundo lugar, porque se demostró que el aprovechamiento de los bosques es una medida diversa a la explotación irracional de los mismos; en tercer lugar, porque fortaleció las autonomías locales.

Fue así como poco a poco se empezó a valorar la importancia de las empresas forestales comunitarias, sin embargo y a pesar de su importancia, aún no se cuenta con un escenario propicio, son experiencias de éxito aisladas, lo que se pretende es que dichas experiencias de éxito se propaguen en toda la República, ese es el motivo de ese foro.

Aquí es el momento oportuno para reflexionar sobre cuáles deben ser las sinergias para fomentarlas y fortalecerlas, también es el momento oportuno para revisar el marco jurídico en sus tres variantes: leyes de inversión, leyes de políticas públicas e incentivos fiscales, leyes relacionadas con el establecimiento de la generación de conciencia institucional, pero sobre todo, es el momento oportuno para escuchar de viva voz las demandas de dichas empresas.

Aplaudo este foro y reconozco que es importante que esta legislatura deje los cimientos para un verdadero fortalecimiento a las empresas forestales comunitarias, entre las diversas enseñanzas que nos han dejado nuestros pueblos indígenas, las empresas forestales comunitarias son el mejor ejemplo de una relación armónica entre el ser humano y la naturaleza.

El falso y perpetuo antagonismo entre economía y progreso es una ideología no reconocida en nuestra filosofía indígena, para nuestros hermanos y hermanas el antagonismo es armonía, pues progreso humano y naturaleza son, sin lugar a dudas, ideas que tienen que andar en el mismo camino.

Muchas gracias.

LINK PARA DESCARGAR VIDEO:

https://youtu.be/UMMH9NPZHgQ