DIPUTADO AGUSTÍN GARCÍA RUBIO (AGR). Diputados y diputadas. Con su venia, diputada presidenta.

Durante más de 70 años los gobernantes en México han mostrado desprecio generalizado por el pueblo, han tratado de que nada cambie, que todo continúe igual, manteniéndose impunes y glorificando el dispendio y la corrupción.

Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador tomó posesión prometió un cambio de régimen profundo, una cuarta transformación. Es decir, cambiar el sistema desde sus cimientos, con una premisa: al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie.

En ese contexto y siguiendo las palabras que ha expuesto el nuevo gobierno federal, se advierte que no se puede tener un pueblo pobre, 60 millones de mexicanos, con seudoservidores públicos que solo se dedican a saquear el erario para después irse libres y tranquilos con botines de miles de millones de pesos, sin consecuencia alguna a sus actos.

Esto es particularmente preocupante, porque el Estado de derecho es un pilar de la democracia y para que en este país no se continúe con esas prácticas proponemos la Ley Federal de Austeridad Republicana, que es el mecanismo ideal para acotar el abuso y el instrumento idóneo para que el servicio público sea un acto de vocación de servicio, como su nombre lo dice, y no un medio para tratar de enriquecerse a costa del pueblo.

En Morena estamos convencidos que los lineamientos propuestos en la Ley Federal de Austeridad Republicana deben aplicarse salvaguardando en todo momento la dignidad y los derechos de todos y cada uno de los servidores públicos, contribuyendo a mejorar su valoración y su nivel de la relación con la ciudadanía, por lo que es imprescindible evitar generalizaciones y desinformación dañina, porque no es una ley para tener malos servidores públicos, como mencionan algunos, es una ley para tener a los mejores, a los más capaces y a los más honestos.

En esta cuarta transformación consideramos que es necesario que se tenga una ley a la altura, una ley que impida se vuelvan a realizar actos, como fue la estafa maestra, donde se identificó que tan solo en el análisis de la cuenta pública de diez dependencias, durante 2012 y 2013, se desviaron 7 mil millones de pesos. Esto en un país con tantas carencias y necesidades es una burla.

Es por este tipo de hechos que es de vital importancia contar con una Ley de Austeridad que impida que se repitan este tipo de robos, sí, robos, porque las cosas hay que decirlas por su nombre.

Porque a diferencia de la percepción que pueda tenerse de los actos de corrupción, con acciones aisladas de servidores públicos y particulares, para tener beneficios para un fin concreto, lo cierto es que la evolución de los delitos de corrupción durante los últimos años, evidenciado que estos actos se constituyen a través de grandes redes que operan entre servidores públicos, con información privilegiada y actores del sector gubernamental, así como particulares, empresas regulares, empresas irregulares, todos ellos operando como un todo destinado a allegarse de manera ilegal de cualquier tipo de recurso. O bien, del Estado, que en un principio va dirigido a la mejora del país.

La Ley de Austeridad busca que se erradiquen los gastos innecesarios en todo el sector público. Y ya basta de gastos suntuosos por parte de los servidores públicos. Ya basta de dedicarse a obtener dinero y bienes que son costeados del bolsillo de todos los mexicanos que pagan sus impuestos. Ya basta del dispendio del gobierno en un México con tantas necesidades.

Hoy día es necesario hablar de sensibilidad, de honestidad y compromiso, no solo por parte de los partidos que han gobernado este país sino también de toda la burocracia que compone las estructuras gubernamentales.

Hoy día es necesario se inserten los valores de la honestidad y equidad no solo en los servidores públicos sino también en todos los políticos, para que la honestidad y la austeridad sean un modo de vida. Es cuanto.

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https://youtu.be/FQ6ILLxCLhw