DIPUTADO MARIO DELGADO CARRILLO (MDC). Estimadas compañeras, compañeros.

Estamos aquí reunidos para despedir a nuestro compañero diputado Maximiliano Ruiz Arias, entrañable amigo y compañero solidario. Un extraordinario ser humano, que desarrolló un nivel de conciencia superior.

Mis condolencias a su familia, nuestras condolencias a su familia. Estamos seguros de que él seguirá acompañándolos y cuidando siempre de ustedes, de su viuda, Lorena Tamayo, de sus hijos Catlin, Maxin, Maximiliano, Eloy, Uriel e Isaac.

Maximiliano Ruiz Arias fue un diputado que dejó huella en nuestros corazones a través de su ejemplo, de sus palabras, de su entrega y de convicciones profundas.

Quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo y compartir con él diversos momentos, sabemos que fue un hombre leal a las causas del pueblo, un hombre de ciencia, un luchador social incansable, forjado en las trincheras de los que menos tienen, con un dominio del habla hispana, un luchador por alcanzar los ideales de justicia y de igualdad y por ver al país que soñó.

Fue un diputado comprometido con su tiempo, dejó todo por la causa y hasta el último aliento cumplió cabalmente con sus responsabilidades. En aquella sesión larga y complicada, la última que tuvimos aquí antes de hoy, del 6 de noviembre, aquí estuvo presente hasta que terminamos.

Como presidente de la Comisión de Pesca, buscó siempre el reconocimiento de este importante sector, de ahí que hoy esté enlistado en la orden del día de esta sesión el dictamen de la iniciativa que promovió para establecer a la pesca y acuacultura como actividades primarias en la ley para que el Ejecutivo promueva su fortalecimiento.

Promovió también acuerdos para reactivar la pesca y sobre todo para velar por quienes están involucrados en este sector, los pescadores.

Sin duda, despedimos a un líder muy capaz en la materia; también se distinguió en el ejercicio de su profesión, por haber destacado como un ingeniero electricista y desde la empresa que fundó cumplió con su compromiso social.

Aquí, en este recinto legislativo, en diversas ocasiones levantó la voz a favor de los necesitados, de la justicia social y de la paz. Nos enseñó también que la gratitud es la memoria del corazón.

Cómo olvidar cuando en aquella sesión solemne del 2 de octubre, solicitó la palabra para que no termináramos esa jornada sin nombrar y reconocer a mujeres que fueron importantes en aquel histórico acontecimiento: Roberta Avendaño Martínez, La Tita, Ignacia Rodríguez, Amada Velasco y Adela Castillejos. Max nunca las olvidó y las recordó ese importante día.

Maximiliano Ruiz Arias fue un compañero íntegro que privilegió siempre el diálogo y los mejores entendimientos. Max ha sido un diputado muy importante para la Cuarta Transformación, para Sinaloa y para esta histórica Legislatura.

Estoy seguro que su recuerdo guiará nuestros pasos y juntos seguiremos escribiendo esta historia, lo guardaremos en nuestra memoria con el mismo celo con que guardo sus palabras, las cuales hago mías para siempre; nos dijo alguna vez “yo creo que si las cosas se discuten en el terreno de las razones y no de los gritos que no refuerzan la opinión, las cosas pueden llegar a feliz término”.

Te recordaremos siempre, Max, no le fallaste a la Cuarta Transformación.

Muchas gracias.