A raíz de los hechos suscitados en el Colegio de Ciencias y Humanidades Azcapotzalco, quiero manifestar lo siguiente:

Hace una semana el Rector de la UNAM, Dr. Enrique Graue, emitió un gran desplegado en medios de comunicación, para descalificar la iniciativa que presenté para reformar la Ley Orgánica de la UNAM. Dicha iniciativa, tenía como única pretensión, democratizar la forma de gobierno de la Universidad, para hacerla más horizontal en la toma de decisiones. Sin embargo, el Rector reaccionó muy rápidamente para descalificarla y afirmar falsamente, que la intención de un servidor era desestabilizar a la Universidad. Nada más falso que esto.

Hoy vemos que ante los hechos de violencia que se suscitaron en el CCH Azcapotzalco, el Rector Graue duerme el sueño de los justos en su oficina de marfil en la Torre de Rectoría, ya que sobre los hechos de violencia no ha tenido la misma celeridad para atacar el problema, como sí la tuvo para descalificar mi iniciativa. Esperamos que así como reaccionó ante el Poder Legislativo, también así lo haga sobre estos sucesos.

La omisión del Rector está creando un gran vacío de poder mientras siguen cerradas varias escuelas de nuestra Máxima Casa de Estudios. La hipocresía en nombre de la autonomía hoy no dice nada y guarda un silencio sepulcral. Hoy yo pregunto ¿quién es el desestabilizador? ¿Un legislador que tuvo el valor de poner sobre la mesa de debate la democratización de las formas de gobierno o, el Rector que por omisión y negligencia ha dejado crecer sin control las demandas estudiantiles, hasta llegar a casos de violencia y vandalismo como es el caso del CCH Azcapotzalco?, que no es único caso.

El falso debate sobre la autonomía de la Universidad debe ser develado. Autonomía Universitaria no quiere decir que sólo aquellos que pertenecen de forma activa puedan debatir sobre los temas que a la UNAM le afectan. Como egresado de dicha Universidad, estoy muy interesado en construir junto con toda la comunidad universitaria, los puentes necesarios para solucionar de fondo los viejos problemas que han afectado a nuestra Alma Mater.

Por ello vuelvo a invitar cordialmente al Dr. Enrique Graue, a que construyamos juntos las herramientas necesarias para que haya un debate abierto, franco, plural y transparente para construir las soluciones tan necesarias que nuestra Universidad demanda.

Por último, sólo quiero decir que espero un pronunciamiento de la coordinación de mi grupo parlamentario con respecto al tema. Ya que como legisladores y representantes populares, no somos ajenos a los diversos conflictos sociales. Estamos aquí para legislar y tenemos el deber ético de pronunciarnos y contribuir a construir soluciones a los problemas que como sociedad nos aquejan, y más, cuando muchos de los legisladores somos egresados de la Máxima Casa de Estudios.