Una enfermedad llamada COVID-19 surgió en diciembre 2019 en Wuhan, China. Se transmitió rápidamente por Asía y el resto de los continentes. La propagación configuró una nueva crisis sanitaria internacional: la pandemia del Coronavirus.

Un virus que en su dispersión no ha discriminado edad, condición económica, ideológica, étnica o nacional. Ahora es evidente que el mundo transita por un escenario complejo.

De acuerdo con el ultimo reporte de la Secretaria de Salud y la Organización Mundial de la Salud 332,930 personas han sido confirmadas a nivel mundial como portadoras del virus. La letalidad global de la afección alcanza hasta el momento un 4.4% se han confirmado 367 casos, 865 sospechosos y 4 defunciones.

En el caso de nuestro país Organización Panamericana de la Salud, en México se han tomado las medidas adecuadas y en congruencia con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Estando aún en el Escenario I se aplicaron medidas típicas de una Fase II, lo cual otorgó ventajas sanitarias de contención al país.

No obstante las autoridades federales, inevitablemente la pandemia avanza y según los expertos se proyecta que seguirá haciéndolo en todo el mundo. Lo que queda es reducir los riesgos sanitarios y daños colaterales que sin duda surgirán considerando sí, la experiencia internacional, pero fundamentalmente nuestras propias condiciones y necesidades como nación.

las medidas preventivas y correctivas que han tomado en mi condición de Diputada Federal y en el marco del anuncio que el día de a las 7:00 horas el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador ha emitido en conferencia matutina sobre el comienzo de la Fase II de la Pandemia COVID-19, hago un respetuoso llamado a la unidad, solidaridad y responsabilidad de los tres Poderes de la Unión, por el bien de todas y todos los mexicanos. Convoco a integrantes de los Tres Poderes a reunirnos a la brevedad y construir juntos un Plan Nacional para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales que tendrán las medidas de aislamiento y sana distancia de toda la población.

Por lo anterior, hoy vulnerable. Invito a todas las fuerzas políticas a superar divisiones históricas e ideológicas por el bien de México. Llamo a los tres órdenes de gobierno y al sector empresarial a sumar a la estrategia considerando la diversidad y pluralidad de nuestro país.

Subrayo que el amplio porcentaje de población vulnerable económica y laboralmente, con empleos informales, así como aquellas personas con características que les impiden un aislamiento sin consecuencias financieras debe ser considerado con seriedad, empatía y solidaridad. En el mismo tenor, contemplar las condiciones económicas actuales en el plano internacional, el precio del petróleo y las posibles secuelas de esos factores a las finanzas nacionales, hacen de la mayor importancia la conformación de un plan nacional que mitigue los efectos y libremos patrióticamente una posible crisis.

Como Representante Popular, estimo oportuno que la presente convocatoria se lleve a cabo con urgencia; algunas motivaciones son la responsabilidad ética, política y el amor a México.

Sobre todo, creo posible y ejecutable una estrategia que salvaguarde la salud de la población y la economía nacional con los ajustes, acuerdos, medidas y políticas públicas adecuadas.

México tiene un gran pueblo, ha superado desastres naturales, terremotos y hasta rescates económicos privados; una vez más venceremos las adversidades.