DIPUTADA ALMA GRISELDA VALENCIA MEDINA (AGVM). Diputados y diputadas, público que nos sigue a través del Canal del Congreso y las redes sociales, muy buenas tardes.

En estos tiempos en que la humanidad enfrenta fantasmas de una guerra a gran escala, vengo aquí ante ustedes para hablarles de un tema de especial importancia, que es el asilo y el refugio.

El asilo se diferencia del refugio en que los solicitantes deben demostrar que su vida está amenazada por cuestiones políticas, por la represión de un gobierno o ataques por defender ideas políticas contrarias a los grupos en el poder.

El asilo, ante todo, es un acto meramente humanitario que no debe atenderse como señal de aprobación o desaprobación, mucho menos de hostilidad a ningún gobierno extranjero.

Orgullosamente podemos decir que México tiene una larga historia y tradición en cuanto al tema de asilo y refugio, en el que podemos señalar a grandes personalidades, como León Trotsky, el director de cine español Luis Buñuel, la viuda del derrocado Salvador Allende, Hortensia Bussi, y al ex presidente argentino, Héctor Cámpora, a la Premio Nobel también de Guatemala, Rigoberta Menchú, o al ex presidente Evo Morales, en fechas mucho más recientes.

Igualmente, esta práctica humanitaria de México ha abarcado el exilio republicano español y a miles de ciudadanos que solicitaron el mismo en dictaduras que azotaron obviamente a América Latina a partir de la segunda mitad del siglo XX y que produjeron miles de asilados en México en la década de los 70, principalmente de Argentina, Chile, Brasil y Uruguay. Posteriormente, en los 80 y 90 El Salvador, Guatemala víctimas de la Guerra Civil de Centroamérica.

Es importante señalar que la tradición de México en materia de asilo político comenzó en 1853. Es decir, México tiene 130 años que se ha vuelto el bastión más importante en América Latina y en este continente para aquellos hombres y mujeres que huían de su país de origen.

El gobierno mexicano se ha caracterizado por una diplomacia apegada al derecho internacional, a los principios de la no intervención y la solidaridad con las víctimas de regímenes autoritarios de guerra. El otorgamiento de asilo es un derecho soberano del Estado mexicano que va acorde con los principios normativos de nuestra política exterior.

En este último informe, la ACNUR en tendencias globales nos declaró que a finales del año 2020 teníamos una movilidad sumamente importante a nivel mundial que rebasaba de 2011 al 2020, de 40 millones de refugiados y asilados en todo el mundo a 81 millones de personas que estaban solicitando nuevamente este derecho humanitario para pedir refugio y asilo en muchos de nuestros países.

Por ello, pues ante la grave crisis de personas desplazadas no solo en el mundo, sino también aquí en México, a raíz del origen prácticamente de las guerras que hemos estado viviendo se hace necesario y urgente generar acuerdos globales que tiendan a la ayuda humanitaria evitando acciones discriminatorias y poner en el centro de toda política pública fundamentalmente la dignidad de las personas.

Por estas y muchas razones más que en este momento no puedo exponer por razones de tiempo vengo a presentar ante ustedes, diputadas y diputados, esta iniciativa con proyecto de decreto por el que se declara el 20 de junio, Día Nacional del Asilo y el Refugio, para poder visibilizar, reflexionar y discutir este tema. El refugio y el asilo representa para toda la humanidad una nueva oportunidad de vida. Es cuanto.