DIPUTADA ALEIDA ALAVEZ RUIZ (AAR). Muchas gracias, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República y además de esta Comisión Permanente, que gracias a eso me permite estar este día en este homenaje a Gabriela Mistral.

Es un gusto recibir a quienes hoy nos acompañan de la embajada chilena, a la gobernadora Krist Naranjo, a la presidenta de la Comisión de Educación de Chile, así como también tener aquí a nuestra secretaria de Cultura del Gobierno Federal.

Con el permiso de la Presidencia. Compañeras y compañeros legisladores:

La Maestra era pura. »Los suaves hortelanos», decía,
«de este predio, que es predio de Jesús,
han de conservar puros los ojos y las manos,
guardar claros sus óleos, para dar clara luz».

Fragmento del poema de la orgullosa en su tarea de Maestra Rural, Gabriela Mistral.

Es para mí verdaderamente un honor participar en esta sesión solemne que conmemora los 100 años del arribo de la poeta y maestra Gabriela Mistral a México.

Mujer que, además, aquí lo han dicho, es universal. Una mujer que consagró su vida a sus dos grandes pasiones: la literatura y la educación.

Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, conocida por todas y todos como Gabriela Mistral, fue una maestra rural que dejó plasmada su impronta a lo largo de distintos países.

Así lo hizo en su paso por México, invitada en 1922 por José Vasconcelos, entonces secretario de Educación Pública, para apoyar las jornadas de alfabetización que llevaba a cabo por todo el territorio nacional.

Y es que Vasconcelos era un convencido de que la escuela era la casa del pueblo y, que los maestros, los líderes de la comunidad.

Y qué mejores líderes que las y los escritores que participaban en el movimiento latinoamericanista que se gestaba en ese entonces.

Fue así que se invitó a una de las mejores representantes: Gabriela Mistral.

A lo largo de dos años, Mistral recorrió estados como Hidalgo, Morelos, Puebla. Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Jalisco, Querétaro y Veracruz con las llamadas misiones culturales, dedicadas a instruir a la población indígena, principalmente.

Y es que cuando pisó tierras mexicanas, el país salía de un periodo convulso, producto de un movimiento revolucionario que marcaría la tercera transformación de esta Nación.

“Voy a ayudar al ministro Vasconcelos en la organización de escuelas indígenas a raíz de un congreso de maestros misioneros que me tocó presidir”, escribiría en una de sus cartas, en 1923.

Sin duda alguna, lo que hizo Gabriela Mistral en México, abrió brecha en otras regiones.

Pero tenemos la certeza de que no hay país que le reconozca sus aportes tanto como el nuestro. Por eso es que cerca de 5 mil escuelas en México llevan su nombre a manera de merecido reconocimiento.

Aunque sólo estuvo dos años en territorio nacional, fue aquí donde hizo las mayores aportaciones a la educación y a la literatura.

En México publicó esta citada Lectura para Mujeres, una compilación de textos de escritores latinoamericanos y europeos, en la que incorporó inéditos suyos, todos dirigidos a la enseñanza de las niñas.

Estaba convencida de que las niñas, las mujeres y las adolescentes tenían que ser incorporadas al proceso educativo.

En un mundo en el que predominaba el pensamiento masculino en temas políticos, sociales e incluso literarios; en una época en la que usualmente no se prestaba atención al discurso de la mujer, Gabriela Mistral levantó la voz y se hizo escuchar.

Y así como amó a la educación, también vivió de cerca el dolor y la pérdida del ser amado.

Los profundos sentimientos que plasmó en sus letras, la hicieron acreedora al Premio Nobel de Literatura en 1945. Antes que ella, ningún latinoamericano había recibido dicho galardón.

Siguieron otros reconocimientos como el Premio Serra de las Américas y el Premio Nacional de Literatura de Chile.

Promotora y defensora de los derechos de la infancia, fue nombrada delegada de la Asamblea de las Naciones Unidas y cónsul de Nueva York, ciudad en la que murió en 1957.

“Te espero sin plazo ni tiempo” escribió alguna vez Gabriel Mistral.

Y así, sin plazo ni tiempo, la Cuarta Transformación reconoce su legado y aportaciones a nuestro país.

Es cuanto.

Notice: Undefined variable: link in /home/sd04qsszviaz/public_html/wp-content/themes/morena/single.php on line 63