·         Durante la clausura del curso Comunicación, desinformación y campañas electorales: claves prácticas para una respuesta jurídica, la legisladora alertó que la manipulación de voluntades puede destruir la paz social, la soberanía de las naciones e incentivar el odio.

·         Recordó que durante la pandemia por COVID-19 se esparcieron mentiras a través de las redes sociales, lo que puso en riesgo el ciberespacio y la seguridad nacional.

La diputada Graciela Sánchez Ortiz, presidenta de la Comisión de Reforma Política-Electoral e integrante del grupo parlamentario de Morena, destacó la importancia de combatir la mentira y la desinformación en los medios digitales, ya que se encuentran entre los mayores peligros para la democracia y la seguridad nacional.  

En el marco de la clausura del curso Comunicación, desinformación y campañas electorales: claves prácticas para una respuesta jurídica, la legisladora alertó que “la manipulación de voluntades puede destruir la paz social, la soberanía de las naciones, incentivar el odio, erosionar la verdad jurídica, la verdad histórica e incluso la memoria colectiva de las sociedades”.

Asimismo, advirtió que la desinformación estimula conductas de incumplimiento del Estado de derecho, deteriora las estructuras institucionales estables, la legitimidad y credibilidad de las instituciones; además de poner en riesgo los derechos fundamentales de las personas y su dignidad.

En ese sentido, señaló que, en el año 2021, México recibió 85 millones de ataques cibernéticos y durante la pandemia por COVID-19, recordó, proliferaron las mentiras difundidas a través de las redes sociales, lo que puso en riesgo el ciberespacio y la seguridad nacional.

No obstante, la legisladora morenista aseguró que sí es posible combatir los efectos de la desinformación, por ello reconoció la importancia del curso organizado por la Comisión en conjunto con el Instituto de Derecho Parlamentario de la Universidad Complutense de Madrid, en donde se abordaron temas como la visión, los alcances y la complejidad de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación aplicadas a los procesos electorales y a la comunicación política.     

Finalmente, remarcó que es imprescindible impulsar la regulación en el ámbito de la desinformación y de las redes sociales, fomentar la educación en materia para la sociedad y avanzar por el derecho a la información y la libertad de expresión.  

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