·         Destacó la labor de los exponentes de este arte reconocido como patrimonio cultural que ha traspasado fronteras.

La diputada María Del Carmen Zúñiga Cuevas reconoció la tradición y labor ecuestre de la Charrería en México, al celebrar el Encuentro con la Identidad Mexicana con exponentes de esta práctica en México y Estados Unidos.

En ese marco, recordó que esta práctica, que ya es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad declarada así por la Unesco, es para el pueblo mexicano un símbolo de identidad nacional.

Señaló que la charrería, con un sombrero de charro, es un símbolo, sinónimo de representación de México en todo el mundo.

La legisladora federal reconoció la labor de hombres y en especial de mujeres que además de brindar un espectáculo, realizan un trabajo loable, no sólo por las suertes que realizan, sino por la suma de esfuerzos para mantener esta identidad dentro y fuera del país.

Zúñiga Cuevas reconoció la habilidad que tienen los charros y escaramuzas en el manejo de todos los instrumentos de la charrería: “la soga, el cabello, las suertes que son tan admiradas, pero también tienen un grado de dificultad que requieren la preparación como cualquier otro deporte”.

Agregó que ésta actividad es una muestra “de que sí hay otros caminos para nuestras juventudes y alejarlos de las drogas y otras situaciones que les perjudican en la salud y en el día a día”.

También calificó de orgullo nacional que representantes de la charrería en otros países como Estados Unidos, personas que migraron por otras causas, realicen esta labor y traspasen fronteras.

En ese tenor, Sandra Juárez González, presidenta del Movimiento Rosa en Acción, calificó como un gran logro que las mujeres estén presentes en las muestras de identidad mexicana; por lo que resaltó la vinculación de este arte con el movimiento de las mujeres.

Por su parte, Adolfo Mora Ortiz, Charro mexicano radicado en Illinois, Estados Unidos y Miguel Adolfo Becerril Ortiz, Charro mexiquense, destacaron la labor que de la Charrería, que surgió como una forma de trabajo, para después pasar a ser un espectáculo, después arte y ahora deporte.

Coincidieron en la importancia de trabajar con niñas y niños que siguen los pasos de esta práctica ancestral, para así robustecer la identidad mexicana dentro y fuera del país.