·         Los contenidos mediáticos impresos, electrónicos y digitales producen patrones estructurales machistas que atentan contra la dignidad de las mujeres, expresó la diputada Beatriz Rojas

La Asamblea de la Cámara de Diputados aprobó, con 44 votos a favor, 2 en contra y 7 abstenciones, el proyecto de decreto por el que se adicionan diversas disposiciones a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en materia de violencia simbólica y mediática.

En su intervención para fundamentar el dictamen, la diputada Beatriz Rojas Martínez, integrante del Grupo Parlamentario de Morena expresó que ambos tipos de violencia se viven por las mexicanas en su vida cotidiana y se expresan de forma tan sutil que se reproducen con normalidad a través de estereotipos, valores e ideas que naturalizan y trasmiten la desigualdad, discriminación, subordinación y agresiones contra las mujeres.

Por una parte, expresó, la violencia simbólica se centra en el desprecio y la burla, así como el temor o la desconfianza hacia lo que es o hace la mujer; y en la justificación de la subordinación femenina.

“Esta violencia simbólica provoca, entre otras cosas, que las mujeres parezcan culpables o responsables por las prácticas violentas y discriminatorias que sufren”, dijo.

Puntualizó que es común escuchar que la sociedad mexicana justifica las agresiones sexuales contra las mujeres, señalándolas como “provocadoras” por su modo de vestir, comportamiento o exponerse sola a altas horas de la noche, pues en el imaginario social son actitudes y comportamientos “impropios” de una mujer.

En ese sentido destacó que la violencia mediática expone en sus contenidos las agresiones domésticas de manera reiterada, cuando muestra desigualdad, discriminación e imágenes negativas y denigrantes de la mujer con fines comerciales, como es el caso de la pornografía.

Explicó que los contenidos mediáticos impresos, electrónicos y digitales producen patrones estructurales de sistemas machistas y patriarcales, que atentan contra la dignidad de las mujeres tales como la cosificación, sexualización y burla.

“Es en este sentido que existe la necesidad de tipificar la modalidad mediática, con lo cual se sentarán las bases para una transformación cultural que fomente el reconocimiento y el respeto de los derechos de las mujeres en nuestro país, a través de los medios de comunicación masiva y siempre en apego a la libertad de la expresión”, afirmó.