· Eliminar la brecha de desigualdad posibilitará un incremento neto del PIB, sostuvo la diputada Katia Castillo

El pleno de la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de decreto por el que se reforma la Ley de la Economía Social y Solidaria, reglamentaria del párrafo 8º del artículo 25 de la Constitución, con el fin de incorporar la igualdad de género como parte del objeto de la ley y la paridad e igualdad de género como parte de los principios que deberán tomar en cuenta en su estructura interna los organismos del sector.

En el marco de la sesión ordinaria de este martes, con 454 votos a favor, cero en contra y ninguna abstención se avaló la modificación a la fracción II del artículo 2o. y la adición de una fracción V al artículo 9o de este marco legal.

En su intervención desde tribuna, la diputada Katia Alejandra Castillo Lozano, integrante del Grupo Parlamentario de Morena, expresó que se busca empoderar a las mujeres y caminar hacia la igualdad sustantiva de la mano de la economía social y solidaria, la cual es gran generadora de transformaciones sociales.

Para tales efectos, aseguró, el proyecto de decreto reconoce y proporciona la participación activa de las mujeres y rechaza todas las formas de discriminación y se enfoca en una mayor autonomía en toma de decisiones en todos los sectores, “así como el reconocimiento de nuestras aportaciones como factores fundamentales no solo para cambiar nuestras vidas, sino para transformar a México”.

Sostuvo que eliminar la brecha de desigualdad posibilitará un incremento neto del Producto Interno Bruto, puesto que la participación de las mujeres genera mayor crecimiento económico y un efecto multiplicador en la sociedad.

Recordó que el Banco Interamericano de Desarrollo, entre 2000 y 2010, el crecimiento en los ingresos de las mujeres de América Latina y el Caribe contribuyó a reducir 30 por ciento la pobreza extrema, puesto que cuando se encuentran disponibles recursos adicionales, las mujeres invierten más en alimentos, atención de la salud y educación para sus hijas e hijos, lo que reduce la trasmisión intergeneracional de la pobreza.

En ese sentido afirmó que las empresas con tres o más mujeres en sus juntas directivas o en la alta dirección superan su rendimiento en 53 por ciento, en comparación con aquellas en las cuales no está ninguna mujer.

“Creemos que la única forma de transformar el país es cambiando los modelos y las estructuras, para que nadie se quede atrás; estamos seguras de que no hay autonomía sin prisa y sin independencia económica, [y] que la participación efectiva de las mujeres es la clave para nuestro desarrollo como nación”, expresó.